La paralización experimentada en las obras de humanización y reposición de servicios en la avenida Alexandre Bóveda han convertido este céntrico vial grovense en un auténtico caos. Y las lluvias se han encargado de empeorar la situación.

Es tan preocupante su estado que puede decirse que hay pistas en el monte que tienen su firme en mejor estado que este concurrido tramo de carretera mediante el que se avanza desde el llamado Cruce do Guardia hacia el barrio de Terra de Porto, Rons y Virxe das Mareas.

O, dicho de otro modo, que es una carretera situada en pleno centro urbano que da servicio a infinidad de particulares y a buena parte del tejido industrial de la localidad. Sin olvidar que en el entorno se ubica el colegio más importante del municipio.

En resumen, que a pesar de la importancia de la avenida, tanto para conductores como para peatones, su lamentable estado solo contribuye a generar críticas y preocupación, ya que los coches sufren las consecuencias de la sucesión de baches y lo peatones se ven obligados a transitar por la destrozada calzada, puesto que las aceras están incluso en peor estado.

Si se suma esa caótica situación a la existencia de vallas de obra tiradas, a la mala imagen que se proyecta del entorno y a las incomodidades para el vecindario, parecen lógicas las muestras de preocupación de los allí residentes, de los comerciantes y de todos cuantos se ven obligados a transitar por esta que muchos definen ya como "zona de guerra".

"Nos da igual si la empresa adjudicataria dio en quiebra y la obra está parada, y tampoco nos importa si no se puede expropiar un trozo de terreno para hacer las aceras, lo importante de verdad es que el Concello de O Grove no puede tolerar esta vergonzosa situación por más tiempo", claman los vecinos.

Algunos de ellos sugieren que la Administración local "tiene que intervenir con la máxima urgencia porque esta calle parece un camino del monte, con infinidad de socavones y todas las vallas tiradas". A lo que añaden que "si no se puede acabar la obra prevista lo lógico es que, al menos provisionalmente, se aporte aglomerado asfáltico, hormigón o lo que haga falta para reponer la calzada y evitar daños en los coches o incluso accidentes".

Tanto residentes en Alexandre Bóveda como conductores sostienen, igualmente, que "no pueden pedirnos que paguemos el impuesto de circulación si resulta que nuestros vehículos tienen que sufrir esta terrible e indignante situación a diario".

De igual manera, algunos comerciantes se quejan de que sus negocios están perdiendo clientes y rentabilidad debido a los perjuicios causados por las obras.