La línea aérea de vagonetas mediante la que se transportaban arcilla y otros productos de la desaparecida empresa Novo y Sierra, en el Concello de Valga, va camino de convertirse en Bien de Interés Cultural (BIC). La Xunta de Galicia ha iniciado el proceso para que así sea, tratando de preservar para siempre este "ejemplo único de la industria de la producción cerámica, muy presente y relevante en zonas como el Bajo Ulla".

Esta declaración "implicará la máxima protección y tutela del funicular", instando a las personas propietarias "a permitir su visita pública gratuita como mínimo cuatro días al mes durante, por lo menos, cuatro horas al día".

Así lo detalla la Administración autonómica al puntualizar que la incoación del oportuno expediente ya ha sido publicada en el Diario Oficial de Galicia, con lo que esto supone de avance en la preservación de este elemento que el gobierno local pretende recuperar con fines turísticos.

Dotada de embarcadero

La Consellería de Cultura aclara que el funicular de transporte aéreo de materiales de la firma Novo y Sierra es "una antigua línea aérea de vagonetas" dotada de un embarcadero en el río Ulla que se sitúa en la parroquia de Campaña, conectando el cauce fluvial con la explotación conocida como Mina Mercedes, actualmente una laguna formada de manera completamente natural que atesora importantes valores medioambientales.

Cabe aclarar que de la totalidad de la línea original únicamente se conservan restos en el tramo comprendido entre la vía ferroviaria y el río Ulla; siendo estos los elementos a proteger con el BIC.

Embarcaciones de recreo

Se trata de siete torres, cuatro de ellas completas, y una zona de embarcadero, que es donde se instalará el pantalán para embarcaciones de recreo proyectado por el Concello y la Xunta para atraer turistas a la localidad, propiciando su traslado desde el Ulla hacia la laguna de Mina Mercedes gracias a las recuperadas vagonetas.

Detallan en la Xunta que dichas torres, de celosía metálica, con una altura que varía entre los cinco y los siete metros y construidas "según el sistema alemán Bleichert, permitían la circulación cerrada de ida y vuelta, combinando la suspensión y el recorrido por carriles de vagonetas capaces de transportar más de 300 kilos".

Dicho sistema constructivo modular "permitía variar la anchura y la altura de las torres para adaptarlas a las necesidades geográficas, disponiéndose sobre el terreno mediante cimentación".

Ventajas competitivas

En relación con esto, se aclara que "el uso de sistemas de suspensión que suponían una tecnología avanzada para la época" permitía posicionar a Novo y Sierra en una privilegiada posición en el momento de competir con otras industrias, ya que aceleraba el proceso de transporte y manejaba un mayor volumen de mercancía, lo cual permitía dar una respuesta rápida y eficaz "a los requerimientos de material de construcción relacionados con los primeros desarrollos urbanos de Galicia".

Las mismas fuentes manifiestan que la zona de embarcadero "mantiene el sistema estructural de soporte de material cerámico, con un pilar central que sostendría la última de las ruedas del sistema de giro y que ya perdió la estructura metálica que albergaría las ruedas metálicas para el giro de las vagonetas de carga".

Es de destacar que "la actividad de extracción y elaboración de material cerámico ya cesó, si bien los ámbitos extractivos en la actualidad están en proceso de reintegración ambiental y constituyen espacios de valor natural y paisajístico", explican en la Xunta.

A principios del siglo pasado

Los orígenes del funicular valgués de Novo y Sierra se remontan a 1927, si bien es cierto que la actividad industrial que dio paso al transporte de mercancía en vagonetas comenzaba en 1921, cuando se instaló en el lugar de A Gándara la primera casa dedicada a la cocción de teja y ladrillo.

Detallan en el Concello que "esta primera compañía fue cedida en 1923 a empresarios de Pontecesures dedicados al comercio de ultramarinos, como Escudero & Cía, que solicitaron permiso de explotación de caolín y arcilla en terrenos propiedad de los vecinos de Campaña".

Parece ser que fue así como se introdujo la industrialización de la parroquia y el municipio, con el uso de energía mecánica de vapor, gas y electricidad, hornos de cocción continua, secado de piezas con vapor y otros procedimientos.

Una solicitud de 1927

A causa de esa labor se hizo necesaria la instalación de un sistema de transporte entre el lugar de producción y el de aprovisionamiento, de ahí que en 1927 se solicitara autorización para construir el embarcadero y el funicular mediante el que transportar materiales entre la explotación de Mina Mercedes y el río.

Aquellos, como queda dicho, fueron los orígenes de las vagonetas de Valga, convertidas en "un ejemplo único en la comunidad autónoma", pues si bien existieron otros teleféricos o funiculares, como el de las minas de hierro de la Silvarosa, en Viveiro, o el del Freixo, en Monforte de Lemos, en la actualidad ya no se conservan.

Declarar el funicular valgués como BIC es un paso más, como queda dicho, en los planes de recuperación de la vieja línea de vagonetas. El verano pasado el conselleiro de Economía, Francisco Conde, y el alcalde, José María Bello Maneiro, ya anunciaron la puesta en marcha del primer teleférico turístico de Galicia.

Para ello, presentaron el proyecto mediante el que unir el entorno de Campaña con Mina Mercedes, siguiendo el ejemplo de instalaciones turísticas similares como las de Fuente Dé, en Cantabria, el Teide, en Tenerife, o la Casa de Campo de Madrid.

Bello Maneiro pronosticaba entonces que habría que invertir unos tres millones de euros para construir la línea, habilitar los puntos de entrada y salida de viajeros y recuperar el muelle del río Ulla que antiguamente se utilizaba para la carga y descarga de mercancías.

Proyecto aprobado en el pleno

Como se explicó nuevamente la semana pasada, cuando se aprobó esta idea en el pleno de la Corporación, el objetivo es habilitar las viejas vagonetas de transporte de mercancías para que sean aptas para el desplazamiento de viajeros que quieran hacer el recorrido por las abandonadas instalaciones mineras, convirtiéndolas así en un novedoso parque temático mediante el que atraer turistas a la localidad.

En la sesión se incidió en que el presupuesto del proyecto aprobado para la recuperación de las vagonetas asciende a 3,9 millones de euros, aprobándose también el de instalación de un pantalán en el lugar en el que se conservan los restos del viejo embarcadero de Novo y Sierra, en este caso valorada con un desembolso de 332.439 euros, íntegramente financiado por Portos de Galicia.

Ni que decir tiene que el gobierno de José María Bello Maneiro muestra su entera satisfacción tras conocer la incoación del expediente para preservar las antiguas vagonetas.

Desde el ejecutivo resaltan que mediante esta resolución de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural se logra que el funicular y los restos del embarcadero sean anotados de forma preventiva en el Rexistro de Bens de Interese Cultural de Galicia, comunicándose el procedimiento al Estado central.

"Además, a tales bienes se les aplica de forma automática el régimen de protección establecido en la Lei de Patrimonio Cultural de Galicia, lo cual implica la tutela de las siete torres y lo que queda del puerto", esgrimen en el Concello.

Y ensalzan, sobre todo, que "para adoptar esta decisión la Xunta tuvo en cuenta la excepcional singularidad de la antigua línea de vagonetas, ya que permite transmitir cómo era el funcionamiento de las explotaciones mineras de la época".

El Concello inició hace años las gestiones para recuperar esta antigua línea de vagonetas aéreas con fines turísticos. Y ahora parece empezara ver la luz al final del túnel.