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Javier Carballo: "Carolina Otero fue salvajemente violada, y sus vecinos la juzgaron y repudiaron"

"No le gustaba que le llamasen 'Bella' y firmaba las postales con un Otero a secas o C.O."

Javier Carballo. // Cedida

Javier Carballo de Jesús (Valga, 1997) cursa el último año de Relacións Laborais en la Universidade de Santiago de Compostela. Miembro del colectivo feminista O Refaixo de Carolina, y del colectivo de Memoria Histórica de Valga, en diciembre presentó "Eu son Carolina!" (Círculo Rojo), una obra en la que propone una revisión sobre la imagen que la sociedad se ha formado de la "Bella Otero". El autor explica que ha sido un trabajo coral, en el que han participado de una u otra forma desde las escritoras Inma López Silva y Belén Senín, hasta la ilustradora Ángeles Garrido, pasando por Mila Bouzón y Raquel Caamaño, que ayudaron a Carballo en la recogida de documentación o la edición del texto. "Eu son Carolina!" se presenta el 6 de marzo próximo en Vilagarcía.

-¿En qué momento decide escribir sobre la Bella Otero?

-En mi etapa de estudiante en Valga, un profesor nos habló de quien era realmente Carolina Otero. Nos quitó el prejuicio de la Carolina hipersexualizada y nos contó que sobre todo había sido una artista.

-¿Su libro es una recreación novelada o una biografía?

-Ninguna de las dos cosas. Es una crítica sobre como la sociedad, los poderes públicos y mediáticos tergiversaron la figura de Carolina Otero. Fue una mujer que sufrió violencia machista porque a los 11 años fue salvajemente violada. Pero también sufrió violencia psicológica y social, puesto que fue juzgada y repudiada por sus vecinos, hasta el extremo de que se vio obligada a huir de Valga. Y a pesar de todo, fue un ejemplo de superación y empoderamiento, pasando de lo más bajo en la Valga rural de principios del siglo pasado, a lo más alto de la sociedad europea de la Belle Époque.

-¿Puede emplearse el término feminista al hablar de Otero?

-Sí puede utilizarse, y en el fondo yo reivindico a esa Carolina, feminista y empoderada. No le gustaba que le llamasen la "Bella Otero", y firmaba sus postales con un Otero a secas, o C.O. Fue una mujer empoderada, capaz de hacer frente al patriarcado y de gestionar su vida y su carrera sin la ayuda de ningún hombre. Si viviese hoy, seguramente estaría con las mujeres en las manifestaciones del 8 de marzo.

-Decía que se ha hipersexualizado su figura en detrimento de su faceta artística.

-Se ha hablado mucho de si Carolina Otero fue o no prostituta. En primer lugar, no existen pruebas rotundas de que lo fuese, puesto que el hecho de que fuese una mujer activa sexualmente y recibiese regalos de los hombres con los que mantenía relaciones sexuales no es justificación suficiente para tacharla como prostituta. Pero aunque lo fuese, ¿quiénes somos nosotros para juzgarla por esa actividad? ¿Qué sabemos de su vida y de sus circunstancias? En todo caso habrá que juzgar al proxeneta o al que se acuesta con la prostituta, al que paga a una mujer para poseerla como si fuese un objeto.

-En Valga hay un museo sobre Carolina Otero. ¿Es completo el relato histórico que se hace de ella o falta alguna arista?

-Creo que se debería aprovechar más su figura para hablar del empoderamiento de las mujeres y de los derechos de las mujeres en su época. Creo que se le podría dar una visión más feminista.

-Sobre la "Bella Otero" se han escrito ríos de tinta. ¿En qué trabajos se ha basado más usted?

-Lo que hay escrito sobre Carolina Otero es muchas veces contradictorio. Yo me he basado sobre todo en la prensa de la época y en dos libros, que me parecen muy fiables, "O solpor da cupletista", de María Xosé Queizán, y "Carolina Otero", de Marga Doval.

-¿Ya se sabe todo sobre ella?

-De Carolina Otero nos queda todo por saber, ya que no pudimos hablar con ella. Es un personaje que suscita muchísimo interés. Hace un tiempo hablé con el dueño de una librería de segunda mano, y me contaba que le preguntan todos los días por algún libro sobre Carolina Otero.

-¿Va cambiando la imagen que la sociedad tiene de ella?

-Hice una presentación en el instituto de Valga, y salí muy esperanzado. Los chicos que serán los líderes del futuro entienden que las mujeres han tenido un papel relevante en la historia, aunque el relato que ha llegado sea el masculino.

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