Los Ayuntamientos de Cambados y Vilanova separan definitivamente sus caminos en lo que respecta al nuevo contrato de la basura, que lleva varios años tramitándose y que está paralizado desde hace meses. Así lo anunció ayer el concejal de Obras e Servicios de Cambados, Samuel Lago, quien explicó que ahora cada municipio sacará su propio procedimiento de licitación y su propio concurso.
Cambados y Vilanova compartieron desde principios de siglo el servicio de recogida de la basura, siempre bajo el amparo administrativo de la Mancomunidade do Salnés. En 2015 iniciaron los trámites para sacar a concurso una nueva adjudicación, pero el proceso se eternizó mucho más de lo previsto y lo deseable. De hecho, hace dos años que la empresa Urbaser se ocupa de un servicio que inicialmente le habían contratado por un periodo de tres meses.
Casi cinco años después de que la Mancomunidade iniciase la redacción de unos nuevos pliegos, ahora habrá que volver a iniciar el proceso desde su origen. Aunque Samuel Lago es optimista, y confía en aprovechar mucho del trabajo que ya está hecho. Por ello, no cree que el procedimiento tenga que retrasarse mucho, y entiende que la nueva empresa de Cambados podría estar trabajando ya antes de que termine este año.
Las razones del divorcio
Samuel Lago plantea que hay varias razones detrás de la separación de los concellos de Cambados y Vilanova. Admite que una de ellas es de carácter político, y que está relacionada con "el cisma" que se ha generado en la Mancomunidade do Salnés. "En los últimos meses hubo varias reuniones a tres bandas, y la participación del Ayuntamiento de Vilanova ya no era muy intensa". De hecho, admite que el municipio vilanovés ni siquiera asistió a la última reunión, celebrada hace tres semanas.
En cualquier caso, el concejal de Cambados asegura que las diferencias políticas con el gobierno de Gonzalo Durán es solo uno de los motivos que les han llevado a cancelar el concurso conjunto. Otro es que, según él, los modelos planteados por ambos municipios en los pliegos eran diferentes. "El de Vilanova era más clásico, mientras que nosotros queríamos apostar por un servicio más sostenible, que avanzase en el reciclaje y que incluyese el punto limpio".
Otra razón, prosigue Lago, es que los asesores jurídicos del Ayuntamiento de Cambados y de la Mancomunidade do Salnés les indicaron que la opción menos mala era precisamente la de echar abajo el actual concurso conjunto, y convocar otro nuevo, con cada concello en solitario. "Esta opción es la menos arriesgada desde el punto de vista jurídico", sostiene, puesto que los técnicos temían que un proceso conjunto se estancase en los juzgados debido a las demandas de las empresas que inicialmente obtuvieron menos puntos en la mesa de adjudicación de la Mancomunidade.
"Hemos tomado esta decisión por un conjunto de razones. La posibilidad de desistir de la licitación y que cada Concello saque el concurso de forma individual ya estaba sobre la mesa antes del cisma en la Mancomunidade. Y ya entonces era la que más opciones tenía", aseveró Samuel Lago.
