El trial arousano cuenta con un referente en O Grove. Se trata de Ero Álvarez Ochoa quien recibió la pasada semana en Vigo el trofeo que le acredita como campeón gallego en la modalidad de TR4.
A sus 12 años, el piloto grovense completó una excelente temporada en 2019 participando en todas las pruebas del campeonato autonómico. Su superioridad quedó de manifiesto con sus victorias en todas ellas, a excepción de una ocasión en la que tuvo que conformarse con el quinto puesto.
Una afición que para Ero llegó gracias a la influencia de su padre Francisco quien reconoce que "llevo bastantes años haciendo trial y él se fue aficionando desde muy pequeño. Le gustó tanto desde el principio que yo ya dejé de competir para estar con él tanto en los entrenamientos como en las competiciones".
Su vínculo a la competición arrancó en 2014, año en el que se produjo su debut para apuntar ya sus buenas maneras. Desde entonces su progresión dentro del mundo del trial no ofrece ningún género de duda hasta culminar con el primer título autonómico de su carrera en 2019.
La dedicación a la moto pasa por dedicarle una buena sesión semanal de entrenamiento. El monte Siradella es el lugar idóneo donde puede trabajar los equilibrios y las arrancadas sobre los distintos obstáculos naturales que allí se encuentran. Tal y como reconoce el propio Ero, "allí estoy todos los domingos por la mañana con un grupo de amigos. Me encanta entrenar allí porque tiene zonas muy buenas de roca. Quizá le faltan más rampas, pero la verdad es que está muy bien".
Compitiendo en los últimos años bajo la disciplina del Club Motociclista Teo todavía no tiene claro a quien pertenecerá su próxima licencia. "Estamos mirando diferentes opciones", apunta el grovense de cara a una temporada en la que se le abrirán nuevos frentes a partir del próximo marzo. El más importante será su participación en el próximo Campeonato de España, "seguro que será muy difícil ganarlo, pero lo importante es participar con los mejores del país".
Todo ello en un año en el que dará el salto a la categoría TR3 para lo que ya tiene asimilado que "tocará entrenar bastante más porque es una categoría más exigente y con más nivel de dificultad".
Con los estudios como absoluta prioridad, Ero tiene claro que su pasión por las motos le proporciona "unas sensaciones muy bonitas. Me encanta entrenar y competir desde que empecé con 7 años en la moto eléctrica".
Ahora ya disfruta de un título autonómico que pudo recoger en la gala anual del motociclismo gallego que se celebró en la Casa do Deporte de Vigo. Un galardón que todo invita a pensar que será el primero de muchos.
