El valenciano Miguel Blasco está considerado uno de los productores musicales más importantes de las últimas décadas y, desde luego, el más destacado de la época dorada del pop en España. Creador de algunas de las más grandes estrellas del firmamento musical, referencia indiscutible en las décadas de los ochenta y los noventa y alabado por su brillante trayectoria tanto en España como en México, el descubridor de artistas como Paulina Rubio disfruta ahora de unos días de descanso en Arousa y el Ullán.

Con Pontecesures como base de operaciones, y alojándose en Boiro, donde al despertarse cada mañana se deleita observando las bateas de mejillón de la ría arousana, Blasco no escatima en elogios hacia estas aguas y esta comarca. Define a Arousa y al conjunto de Galicia como "un paraíso distinto que hay que disfrutar, sentir y vivir con intensidad".

Acompañado de su amiga y periodista María José Lorenzo, Blasco no deja de comentar lo espectacular que le resulta la presencia de los parques de cultivo flotantes. Como espectacular le parece "ese vino tinto del Ulla que mancha las tazas" y que probó "hace mucho tiempo, durante una visita anterior a esta comarca".

Fue, más concretamente, durante una estancia en la Romería Vikinga de Catoira, donde dice haber quedado "verdaderamente impresionado", tanto por la propia fiesta de Interés Turístico Internacional como por el vino tinto, "que no volví a poder disfrutar hasta ahora".

Efectivamente. En esta su nueva estancia en el Ullán y Arousa vuelve a saborear ese caldo, para satisfacción de su paladar y sus sentidos. Una experiencia gastronómica que también quiso explotar visitando una conocida pulpería de Padrón, por recomendación de su amigo y también periodista Pepe Domingo Castaño.

"Soy valenciano, pero nuestro litoral no tiene nada que ver con Galicia, donde en cada rincón parece esconderse un tesoro", argumenta Blasco, que además de productor musical es autor de varios libros, entre ellos el que cuenta las principales anécdotas vividas a lo largo de su dilatada y fructífera carrera musical. Se titula "El águila y las serpientes" e incluye, por ejemplo, reflexiones sobre su primer encuentro con quien iba a convertirse en una de las más destacadas figuras latinas de la música, Paulina Rubio.

Numerosas estrellas

Él fue su descubridor, como se apuntaba anteriormente. Al igual que despejó el camino del estrellato a Alejandra Guzmán y tantos otros que pasaron por sus estudios de México y Madrid, donde realizó trabajos discográficos no solo para las artistas citadas, sino también para Raphael, Paloma San Basilio, Lucía Méndez, Mijares, Mecano, Camilo Sesto, Pandora y Yuri, entre otros muchos.

Ahora, entre taza y taza, relajado mientras disfruta del paisaje arousano y participando en interesantes charlas con sus amigos, Miguel Blasco también habla de aquellos momentos de esplendor musical. Aunque no en exceso, ya que prefiere disfrutar del momento, visitar el puerto de Pontecesures para ver cómo se captura la lamprea, perderse por las calles de esta villa y tantas otras o, sencillamente, hablar "de este maravilloso paisaje de la ría de Arousa".

Es un hombre accesible, sencillo y cordial que no se deja embriagar por la fama, sino que disfruta de la sencillez y de cada momento que pasa "en este país gallego que conocí hace mucho tiempo pero que ahora goza de unas comunicaciones y unos servicios mucho mejores que entonces, sin duda acordes con el progreso que ha experimentado".

Por eso se refiere con enorme cariño y admiración a "esas rías, esos ríos y esa vegetación que hacen de Galicia una maravilla que vale la pena descubrir y recomendar".