La solidaridad en A Illa es algo con lo que se nace. Lo demuestran cada vez que ocurre una tragedia, cuando todos sus vecinos muestran ese carácter forjado por siglos de aislamiento del continente y que tiene como principal característica la de echar una mano a todo aquel que lo necesita. Ese apoyo y ese esfuerzo lo están demostrando en la búsqueda de Iván Harri Otero, lanzándose a un mar bravo con tal de encontrar el cuerpo de un joven que era apreciado por toda la gente que le conocía. Se conforman con el cuerpo, porque la esperanza de encontrarlo con vida se desvanece.

Otero residía desde hace un tiempo en la calle de O Lagartiño con su pareja Tamara y la pequeña de tan solo unos meses que tienen en común, a muy pocos metros de donde vive Juan Ramón Allo, uno de los marineros que viajaba con él en la lancha Rosa el fatídico martes pasado. Se trata de una pequeña calle residencial en la que casi todos sus habitantes son marineros que están viviendo esta situación con el corazón en un puño.

Lo reconoce la madre del joven que acompañaba a los hermanos Otero que, al borde del llanto, recordaba ayer que los tres jóvenes "estuvieron casi una hora y media nadando después de que el mar los atrapase". Durante esos minutos agónicos, los tres trataron de alcanzar tierra a nado, pero Iván Harri no lo consiguió debido al cansancio. Su hermano llegó a lanzarse de nuevo al agua para tratar de sacarlo, pero ya no lo encontró por lo que corrió hacia el muelle de Ons para buscar ayuda.

Recuperarse de ese trauma es algo que al entorno de esta familia va a resultar muy complicado para ambos. "Vivieron una situación muy dura y todavía sigue la pesadilla para ellos", explicaba ayer la madre del joven. Tanto Allo como Arturo Otero estuvieron ayer en O Grove para tratar de buscar a Harri.

Además de los buceadores de la Cofradía, hasta O Grove se desplazaron muchos amigos y conocidos del joven que participaron en la búsqueda de algún indicio que pudiese servir para localizar el cuerpo de Otero.

Desde la punta de San Vicente hasta Portonovo, se desplazaron muchos vecinos de A Illa que, incluso, a través de las redes sociales, pedían colaboración. Entre ellos se hallaba la presidenta de la agrupación de Mexilloeiros Ruamar, Ángélica Vázquez, familiar del desaparecido.

La noche terminó con las esperanzas de encontrarlo, aunque los vecinos de A Illa volverán a estar hoy al lado de la familia y allí donde se les necesite.