Salvador Abalo volverá hoy a pisar la calle. El arousano ha pasado los últimos 23 días encerrado en habitaciones o en el habitáculo de un avión, y lo que más desea ahora mismo es poder estirar las piernas al aire libre. En apenas unas horas podrá hacerlo. "Yo lo que quiero es salir, llevar mi vida normal y respirar aire puro", afirma este vilagarciano que entrena a un equipo de fútbol en Wuhan, y que es uno de los 21 españoles repatriados de China tras la crisis del coronavirus, y que están en cuarentena en el hospital Gómez Ulla, de Madrid.

Salvador Abalo afirma que por el momento no sabe cuándo volverá a China. De modo que pasará unos días en Madrid, donde vive desde hace años cuando no está en el extranjero. Pasada una semana, prevé acercarse a Vilagarcía, para estar con familiares y amigos.

El arousano agradece el trato recibido en el hospital, "ha sido exquisito", y afirma que para él todo cambió cuando al cuarto día de la cuarentena le dijeron que las pruebas que se le habían hecho de coronavirus habían dado negativo. A partir de ese momento, y sin síntoma alguno de enfermedad que encendiese las alarmas, solo quedaba "esperar a que pasasen los días", como afirmó a media tarde de ayer.

Desde el inicio de la crisis sanitaria no ha dejado de crecer el número de afectados, pero Salvador Abalo vuelve a hacer un llamamiento a la prudencia y el sentido común. Cree que en España se está magnificando la alerta, "porque tenemos que poner las cifras de enfermos y muertos en relación con la población de China", que se acerca a los 1.400 millones de habitantes. De hecho, Abalo plantea que, "si extrapolamos las 21 muertes por gripe en Galicia a su población, a lo mejor nos llevamos un susto".

Campus en Bamio

Salvador Abalo entrena un equipo de fútbol base en China, y la pasada temporada logró clasificarlo para las competiciones estatales, lo que supuso un enorme éxito deportivo. Tras la crisis del coronavirus, fue uno de los 21 españoles repatriados desde Wuhan, y pasó la cuarentena de 14 días en Madrid.

Salvador Abalo estuvo las pasadas Navidades en Vilagarcía, ya que participó en un campus de fútbol organizado por el club deportivo Bamio. Fueron muchos los niños del equipo que no quisieron perder la oportunidad de entrenar a sus órdenes. El estímulo de conocer una nueva manera de trabajar, además de poder escuchar sus consejos, había dado lugar a una sesión de entrenamiento amena y diferente. Al día siguiente participó en una charla con otros técnicos.