-¿Cómo se siente cuando lee, escucha o ve críticas que la sitúan como una de las más firmes promesas de la música en España?
-Lo primero de todo es sentirme muy agradecida a toda esa gente que valora mi trabajo. También es verdad que soy más de relativizarlo todo. Soy de las que piensa que nada es tan bueno o tan malo como se dice. Lo más importante es dar el salto de promesa a realidad. Estoy trabajando todo lo que puedo para que mi carrera sea algo firme y real.
-La escena musical gallega no era quizá la plataforma adecuada para difundir una música como la suya. ¿De ahí el traslado de Ourense a Madrid?
-En realidad a Madrid me fui a estudiar, pero sin perder de vista mi evolución musical. Los dos primeros años allí fueron realmente muy difíciles. Había que compatibilizar los estudios con pequeños conciertos y con muchas cosas sucediendo a la vez. Fue difícil, pero la recompensa de la buena acogida del público a mis canciones hace que todo el trabajo valga la pena. En Madrid me siento mucho más libre y en mi lugar musical por decirlo de alguna forma, pero no pierdo mis raíces y vuelvo a mi Ourense siempre que puedo. Además lo gallego sigue latente en mi banda porque la mitad de ellos son de aquí también.
-¿Cómo se presenta 2020 para Marem Ladson?
-Se presenta lleno de cosas nuevas. Ahora en marzo saco un EP (Extended Play) de cinco canciones y luego tengo una gira por Estados Unidos con conciertos en Austin, Los Ángeles y Nueva York. Es una gira que me apetece mucho y en la que voy a dar varios conciertos.
-En Vilagarcía tocará a mediodía, en formato acústico y ante un público sentado. ¿Es un formato en el que se siente a gusto?
-Me siento supercómoda tocando en salas pequeñas. Lo veo como algo más especial, más cercano. El hecho de tocar yo sola las canciones es como cuando nacen. Se genera un clima que hace que todo funcione perfectamente. He dado muchos conciertos en sesión vermú y me gusta tocar a mediodía y a todas horas.
