El personal del área de Xardíns bajo la dirección del concejal de Medio Ambiente, Diego García, lleva a cabo trabajos de "trampeo" en los pinos de los parques municipales en su lucha contra la plaga de la procesionaria, que este año adelantó su presencia. Estas orugas, que bajan de los árboles en procesión, resultan peligrosas para las personas y para los perros.
El parque botánico de O Castriño fue el primero en recibir el tratamiento específico contra este insecto lepidóptero defoliador. Los trabajos continuarán en los pinos de los parques de A Concha y de Compostela.
Los trabajos consisten en la aplicación, a una determinada altura del tronco de los pinos de una franja adhesiva con una sustancia no tóxica en la que las orugas procesionarias quedan pegadas al tratar de descender hasta el suelo, donde resultan peligrosas para quienes pasean por el parque, ya que provocan efectos urticantes con el contacto.
El edil de Medio Ambiente aclara que la cola especial sobre una cinta adhesiva se aplica en una zona del tronco que queda fuera del alcance de la mano de una persona, de forma que las larvas, al bajar de los nidos que construyen en las copas de los pinos, quedan pegadas en ella.
Tras eclosionar los huevos de los nidos construidos en las copas de pinos y cedros, las larvas de la procesionaria bajan por los troncos para buscar un lugar donde enterrarse y pasar bajo tierra al estado de crisálida antes de convertirse en mariposa. En estado larvario, esta oruga tiene unos filamentos recubiertos de una sustancia que, al contacto con la piel, produce urticaria y alergias.
