Lola Pérez Carrasquilla es una religiosa de la Congregación Misioneras Hijas del Calvario que cursó estudios en Jerusalén. Es diplomada en Enfermería y matrona, además de haber realizado cursos de enfermedades tropicales, SIDA e inglés. Colabora, tanto en el continente africano como ahora en España, donde se encuentra impartiendo conferencias, con el proyecto de la ONG Manos Unidas.
Como hizo ayer en O Grove, explica su labor en la diócesis de Hwange, donde promociona el papel de la mujer, y en el hospital de Karyiangwe, donde Manos Unidas afrontó la electrificación del centro, la puesta en marcha del servicio de lavandería y la construcción de cuatro casas para enfermeras y de un centro de consultas para enfermos con VIH.
Esta cordobesa de 73 años también habla en sus charlas sobre la clínica construida por Manos Unidas en Lukunguni, y de la ayuda que presta para la apertura y mantenimiento de pozos y el cuidado de las huertas, animales y población local desde el pantano de Chezhou.
Otro de los proyectos de los que forma parte, y de hecho es el último en el que trabajó antes de volver a España, es el "Sunrise Children's Home", centrado en el desarrollo de un hogar para niños huérfanos. "Tenemos 18 y me llaman abuela, 'banene' en su lengua", presume la misionera.
"Son niños con historias muy tristes que han sufrido mucho", explica Lola Pérez, quien durante su estancia en Zimbabue también participó en proyectos como la construcción de un gallinero, el "Sunrise Children's Home", que suministró de alimento a los huérfanos y los propios misioneros desplazados en Zimbabue.
Sin olvidar su valor didáctico, ya que pudo enseñar a los nativos cómo criar gallinas "y sacar algo de dinero para mantener sus hogares". La reparación de puentes, el cierre con alambre de una zona de regadío o la adquisición de un carro con dos bueyes para transportar la cosecha son otras acciones en las que se vio directa o indirectamente implicada Lola Pérez.
