La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra dictó ayer una sentencia en la que absuelve a cuatro arousanos de la presunta desaparición ilegal del pontevedrés José Bernardo Villaverde Amil. Los magistrados consideran que "no hay indicios suficientes" para condenar a los procesados. "Es más, cabría sostener, incluso, que la detención ilegal que se le atribuye a los procesados no es más que una mera hipótesis", añade la resolución judicial.

Los absueltos son Juan José Chaves González, Manuel Sineiro, Juan Manuel Fabeiro Torres y Fernando Suárez Suárez, y son vecinos de A Illa, Cambados y Vilanova.

En octubre pasado declaró por videoconferencia la esposa de Villaverde, que reside actualmente en Bolivia. El juicio contra los cuatro arousanos se había suspendido en varias ocasiones, precisamente porque la mujer estaba en paradero desconocido, y la Fiscalía quería que testificase, al considerar que podía aportar las pruebas suficientes para condenar a los cuatro encausados. La esposa repitió ante la sala los argumentos que ya había dado a la Policía Nacional tras la desaparición de su marido, pero sus planteamientos no fueron suficientes para convencer al tribunal.

Los jueces resaltan que Villaverde, "salió voluntariamente de su domicilio", y que cuando habló con su mujer por teléfono un par de horas después, "dijo que estaba todo bien". El tribunal resalta que no existe, "ningún dato que indique que en ese momento se encontraba retenido en contra de su voluntad".

La Audiencia, por lo tanto, concluye que, "se desconoce en qué momento y por quién se privó ilegítimamente de libertad al desaparecido".

Bernando Villaverde desapareció el 19 de noviembre de 2010. Le recogió en su casa de Monte Porreiro (Pontevedra) uno de los sospechosos, y abandonaron la zona en un coche, que fue seguido por otro en el que supuestamente viajaban otros procesados. Horas, después, el coche del pontevedrés apareció calcinado en Brión.

Por aquel entonces, las fuerzas de seguridad estaban investigando una trama de tráfico de drogas que presuntamente dirigía otro narco desaparecido, el ribeirense, José Antonio Pouso Rivas, "Pelopincho". Se cree que Villaverde era socio suyo, y que pagó con su vida algún alijo de drogas que salió mal.