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Un paseo con los benditos lacones

Las mujeres de Valga portaron ocho grandes patas de cerdo, subastadas por 500 euros

Los arousanos, al menos los más creyentes, celebraron ayer la Purificación de la Virgen, a través de la fiesta de la Candelaria, y viven hoy el día de San Blas, patrono de enfermedades de la garganta y laringólogos. De ahí los numerosos actos religiosos desplegados, entre ellos alguno tan tradicional como la "Procesión de los lacones" que se celebra en Valga.

Animados por la deseada llegada del buen tiempo y las ganas de salir a pasear a la calle, como hicieron ayer el grueso de los arousanos, los valgueses acudieron en masa a esta singular procesión que recuerda las ofrendas que antaño hacían a los santos para pedirles por el fin de la peste que mataba al ganado.

Lo cierto es que fueron tantos los asistentes, de todas las edades, que hay quien dice que fue el recorrido más multitudinario que se recuerda en el pueblo, hoy de fiesta por San Blas, al igual que Meaño, informa Tino Hermida o Cambados.

Todo empezó a las diez de la mañana en la capilla de Vilar, donde hace días, con motivo de la festividad de San Paio, habían sido depositadas las figuras de San Antonio y San Roque.

Después de que el sacerdote Manuel López bendijese las velas, con motivo de la Candelaria, comenzó el recorrido por las aldeas.

Lo hizo, como marca la tradición, con las mujeres al frente, portando sobre sus cabezas los cinco lacones que abrían este peculiar desfile. Acompañadas del público, los santos y los gaiteros, hicieron su primera parada en Vilarello, donde se sumaron tres lacones más.

Después vendrían las paradas en los altares elaborados por los vecinos, decorados con mimosas, camelias y otras plantas, para dar descanso a las porteadoras. Fue en lugares como Moldes, As Eiras, Outeiro y Ferreirós, en este caso reponiendo fuerzas con un pequeño aperitivo.

La meta estaba en la iglesia de Cordeiro, donde los presentes saborearon empanadas, bocadillos, tortillas y otros productos antes de la santa misa y la "poxa" de los lacones paseados, en la que se recaudaron más de 500 euros que se destinan a la iglesia.

El mejor lacón, el último, se subastó por 125 euros, mientras que el precio de los otros siete osciló entre los 50 y los 77 euros.

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