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El golpe a Franco y Salazar ideado por un arousano

El arousano José Fernando Fernández, Sotomayor, fue uno de los participantes en el secuestro del barco de pasaje "Santa María"

El comandante Sotomayor (derecha) con Galvão, el periodista Miguel Urbano y Pepe Velo. // Cedida

En la madrugada del 22 de enero de 1961, una veintena de hombres secuestró la nave Santa María, un paquebote que hacía la ruta entre Lisboa y Miami, con escalas en lugares como Madeira o Tenerife. Aquella acción nada tenía que ver con un acto de piratería, sino que tenía un objetivo político, la de denunciar al mundo la represión de los regímenes dictatoriales de Salazar y Franco en España. Las personas que asaltaron el barco eran integrantes del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) y entre sus líderes se encontraba el arousano José Fernando Fernández Vázquez, conocido como Comandante Sotomayor. Durante la decena de días que duró el secuestro, los ojos del mundo se posaron en aquel barco, que llegó a ser escoltado por destructores de la Armada Real Británica y de los Estados Unidos, hasta su atraque en la localidad brasileña de Recife tras ser rebautizado por sus secuestradores como Santa Liberdade.

Los vínculos arousanos del Comandante Sotomayor todavía siguen vivos en Vilagarcía, donde residió antes de tener que huir por el estallido de la Guerra Civil. Su hija, Rosa Fernández, reside en la ciudad arousana, donde esta semana participó en una charla sobre aquel acontecimiento que se celebró en la sede de O Faiado da Memoria. La mujer, de 86 años, recuerda perfectamente aquellos acontecimientos que, "en aquellos momentos desconocíamos que contaban con la participación de mi padre".

Fernández que tenía tan solo dos años cuando el Comandante Sotomayor tuvo que huir de Vilagarcía, recuerda que "nos enteramos, porque uno de mis hermanos estaba emigrado en Brasil y era muy activo políticamente, con las mismas ideas que las de mi padre. Allí estaba relacionado con partidos políticos de izquierdas, y a través de otras personas, acabó contactando con José Velo", el celanovés que, junto a Fernández y el portugués Galvão, lideró aquella acción. "Velo le contó toda la historia y le explicó quienes estaban allí y fue cuando descubrimos que nuestro padre era el Comandante Sotomayor", reconoce Rosa Fernández.

Poco a poco acabarían descubriendo cual fue la vida de su progenitor. El hombre, tras el golpe de Estado de Franco, huiría de Vilagarcía dejando atrás a su familia. Durante un tiempo estuvo refugiado en los montes de Barbanza junto a otros republicanos, hasta que consiguió huir a Portugal, donde llegó a colaborar en el hundimiento de un buque alemán cargado de armas para el bando franquista, antes de pasar a la zona republicana.

Tras la derrota, se refugiaría en Francia, donde volvió a encontrarse con otra guerra, implicándose con la resistencia francesa. Aquello le llevaría a ser detenido por la Gestapo y a dar con sus huesos en el campo de concentración de Auschwitz. Con la decisión del Partido Comunista de abandonar la lucha armada contra el régimen de Franco, acabaría por exiliarse en Venezuela, donde participaría en la creación del DRIL y en la acción de la que se cumplen 59 años.

Fernández llegó a regresar a España poco antes de morir en Caracas en 1986. Lo hizo a principios de los años 80, visita que aprovechó para conocer a sus hijos. Quedaban cuatro, ya que el menor, del que su mujer Manuela estaba embarazada cuando tuvo que "tirarse al monte" había fallecido con tan solo 23 años. Si dura fue la vida del Comandante Sotomayor, su familia en Galicia también lo pasó muy mal. Señalados como republicanos por un amplio sector de la sociedad, Rosa todavía recuerda como "íbamos a pedir por las puertas, en el Día de Difuntos, y en las aldeas siempre me preguntaban de que familia era, cuando respondía que de 'Noé' (apodo con el que se conocía a Fernández), algunos me respondían con '¡pero tu eres hija de ese comunista!'. Salir adelante con cinco hijos "resultó muy difícil para mi madre, lo pasamos muy mal, pero lo consiguió".

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