Las viejas fábricas de Alfageme en Vilaxoán y Ribadumia pasaron a propiedad del Igape tras declararse la quiebra del grupo conservero en concurso de acreedores. De esta forma, el Instituto dependiente de la Consellería de Economía, Emprego e Industria, obtenía compensación por los avales de 33 millones de euros otorgados en su día a la sociedad empresarial quebrada.

Las naves llevan ya una década en estado de abandono, ya que nunca se ha logrado su reactivación industrial. El intento más importante se produjo en el año 2012, cuando un grupo conservero cántabro que intentaba introducirse en Galicia mostró su interés por las fábricas, e incluso negoció con los representantes sindicales de los trabajadores afectados un plan de recuperación gradual de los puestos de trabajo.

Ante este interés, que parecía firme, el Igape abrió un proceso para la venta de las fábricas, con unas determinadas condiciones, dando igualdad de oportunidades a los empresarios interesados. Sin embargo, ninguna de las propuestas que se presentaron en ese concurso lograron superar las bases redactadas por la Administración autonómica. Desde entonces las fábricas quedaron cerradas a merced de los cacos que penetraron en su interior para saquear todo lo que pudiera haber de valor. En uno de los saqueos en la fábrica de Vilaxoán, retiraron la válvula de cobre de un depósito de fuel, lo que provocó un vertido de combustible a la ría de Arousa. Desde entonces se tapiaron los accesos. La nueva subasta de 2018 quedó desierta.