O Salnés no es ajeno al espectacular e imparable crecimiento del comercio "on-line". La empresa de mensajería MRW cifra en un 20 por ciento el incremento de paquetes repartidos durante la pasada Navidad con respecto a la de 2018. El gigante de la distribución mundial Amazon ha abierto en Rubiáns uno de sus Amazon Locker. Alcampo también ha instalado unas taquillas para el depósito de paquetes junto a su gasolinera de Vilagarcía. Y ya hay más de una docena de tiendas de O Salnés que funcionan como puntos de recogida y envío de paquetes.
El presidente de la asociación de comerciantes Cambados Zona Centro y del Consorcio de Comercio do Salnés, Juan Rey, rehúye las declaraciones catastrofistas, pero está convencido de que el gran rival del pequeño comercio tradicional ya no son las grandes superficies de las ciudades, sino el comercio electrónico.
Los consumidores del futuro, que son los adolescentes y los jóvenes de ahora, están muy acostumbrados a comprar desde el propio teléfono móvil, y eso hace que los comerciantes tengan que estar preparados para los cambios de hábitos que ya se han producido. El problema es que pocos lo están.
"La forma de comprar y de vender ha cambiado, y tenemos que aprovecharnos de esas nuevas herramientas. Pero aunque ya hay comercios que tienen buenas páginas web y están presentes en las redes sociales, aún son una minoría", afirma Juan Rey.
El gerente de MRW en Vilagarcía y O Grove, Luis Barreiro, está convencido de que el crecimiento de las ventas "on-line" está alcanzando tal magnitud, "que llegará un momento en el que fulmine a las propias agencias de transportes".
Explica que en 2015, la empresa tenía cinco trabajadores en Vilagarcía y dos en O Grove, mientras que ahora son 18. El número de repartos se ha duplicado en los cinco últimos años, y estas Navidades entregaron un 21 por ciento más de paquetes que en las de 2018. "En estas fiestas repartimos 23.000 paquetes entre Vilagarcía y O Grove, y hace un año fueron 19.000".
Tiendas en la encrucijada
El representante de los comerciantes de O Salnés asume que no se le pueden poner puertas al campo, y que poco se puede ganar entonando un discurso lastimero y autocompasivo. Por ello, emplaza a los comerciantes a aceptar las ventajas de la era digital, y aprovecharlas para vender más.
El principal inconveniente es que no siempre resulta sencillo ni barato poner en marcha y mantener buenas páginas web, de ahí que en su día se pusiese sobre la mesa la posibilidad de crear una gran plataforma comarcal, en la que todos los comercios adheridos pudiesen poner a la venta sus artículos. Pero la idea se aparcó, "porque exigiría un desembolso económico muy importante".
Para Juan Rey, el consumidor opta en muchas ocasiones por el comercio "on-line" ya no tanto por el ahorro económico, sino "por comodidad", y apela a asumir que "comprar en una tienda física activa el comercio y la economía de los pueblos". Por ello, le gustaría que se diesen charlas en los colegios sobre la importancia de los comercios en el tejido social, para conseguir que los chavales se lo piensen dos veces antes de comprar por el móvil.
Los "ganchos"
Al "e-commerce" le sobran ganchos con los que seducir al consumidor. El más evidente puede ser el precio, pues a menudo ofrecen productos a precios de escándalo, gracias a las compras masivas o a que algunos se distribuyen desde paraísos fiscales. Pero hay más. La posibilidad de poder mostrar cientos de artículos al consumidor en apenas unos minutos, evitándole ir de tienda en tienda, es otra de sus bazas. Asimismo, ahora intentan explotar al máximo la gratuidad de los gastos de envío, que ofrecen con compras mínimas de apenas 20 euros, cuando hasta no hace mucho había que desembolsar al menos 50. Otra de sus cartas es la rapidez. Algunas empresas ya entregan los paquetes en solo dos horas.
