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Meaño recurrirá a la Escola de Canteiros para la reparación del cruceiro de Cobas

El monumento se precipitó al suelo en el mes de diciembre como consecuencia de la borrasca Elsa

El cruceiro de la localidad meañesa de Cobas. // FdV

El concello de Meaño prevé recurrir a la Escola de Canteiros de Poio para restaurar, o reponer en su caso, la cruz del cruceiro de Vista Alegre, en la localidad meañesa de Cobas, monumento que se precipitó al suelo el pasado mes de diciembre como consecuencia de la tormenta "Elsa". El viento racheado de aquella le dio el golpe de gracia al cruceiro, por cuanto ya había sufridos daños el pasado verano, que fueran causados por una empresa que trabajaba en una obra pública en la carretera local, y que dejó el cruceiro tocado, amenazando ya con el derrumbe.

Los vecinos refieren que acaeciera el pasado verano, cuando, una vez producidos los daños, cursaron aviso al concello, y mismo que agentes de la policía local se personaron en la zona para obrar en consecuencia y disponer cinta delimitadora alrededor del monumento, advirtiendo del riego de derrumbe a fin de prevenir daños personales.

Los propios vecinos atestiguan que una mini pala impactara entonces accidentalmente con el cruceiro cuando estacionaba, dejando unas marcas del impacto en el pedestal, que son visibles aún hoy. A raíz de ello, según refieren los lugareños, un responsable de la empresa se personó en el lugar, comprometiendo con los vecinos que la firma se haría cargo de la obras necesaria para reafirmar la estructura.

Como quiera que ni empresa ni concello realizaran actuación alguna, el cruceiro, con el varal agrietado, se mantuvo en pie hasta que el viento racheado del "Elsa" acabara por precipitarlo el pasado 18 de diciembre.

El derrumbe supuso la ruptura del varal en tres partes, más la cruz que se hizo añicos al caer de una altura de casi tres metros. La cruz respondía a un trabajo del reconocido escultor meañés Paco Pazos, a quien a finales de los 90 le encomendaba el concello la construcción de una cruz para coronar un cruceiro que carecía de ella desde los albores de la II República y la Guerra Civil en que, como en otras de estas piezas, fuera abatida por reacciones de protesta por la posición política de la Iglesia en aquel momento.

El alcalde Carlos Viéitez reconoce el concello actuará en consecuencia para subsanar el daño, y que recuperar el cruceiro "debe pasar ahora por Patrimonio y, tras consultarlo con este organismo, la mejor vía es hacerlo a través de la Escola de Canteiros de Poio". Al concello le quedaría también la posibilidad de reclamar a la empresa co-responsabilidad por los daños causados en su día, y que no fueron reparados, facilitando así la caída de la estructura.

El escultor Paco Pazos, que visitaba el 19 de diciembre la zona y a instancias del concello, lamentaba lo acaecido: "fue una cruz muy elaborada -recordaba-, que supuso mucho trabajo, y que mostraba en la anverso una Crucifixión, y en el reverso la Virgen. Su peso rondaría los 200 kilos y hubo que esmerarse en la colocación sobre el varal". Los trozos de la cruz rota de Pazos fueron recogidos por personal municipal, en aras a su restauración, si bien los vecinos que vieron el destrozo acaecido valoran que "el varal sí, pero la cruz tendrá difícil recuperación". Aun así, uno de los lugareños se había afanado, sirviéndose de una escoba, en recoger los minúsculos fragmentos que quedaran por el suelo, en el caso de que fueran de utilidad "porque lo que ha quedado destrozado no era una cruz al uso, sino una pieza de valor, más aún hoy, dado que escultor que la concibió".

Cruceiro monumental

El cruceiro de Vista Alegre era uno de los más monumentales del municipio. Y es que en origen contaba con cuatro grandes escalones cuadrangulares, coronados por un pedestal en el que se anclaba el varal. La basamenta perdió altura tras las obras de la carretera a finales de los 90, es que se redujo a dos escalones restándole altura a la estructura.

El pedestal, con aristas muertas y que fue el dañado por la empresa en verano, tenía en el frente una inscripción, hoy ilegible. Sobre este asiento, se erigía un varal de 2,30 metros de altura con sección octogonal, provisto de aristas tan muertas que se asemejaba a una columna. La parte superior se estrechaba para acoger un capitel corintio, decorado con hojas de acanto, y que en su parte superior albergaba sendos angelotes insertados en tres de sus caras, mostrando la cuarta una calavera, en alusión al Gólgota, o Monte de la Calavera donde aconteció la crucifixión de Cristo.

La memoria colectiva de Cobas no puede precisar la época de construcción del monumento. Este cruceiro se suma a otros 53 del municipio meañés que convierten estas piezas, como en tantos otros concellos, en una de las colecciones más valoradas de arte popular del rural gallego.

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