Antonio Miniño Joven abrió su establecimiento el 5 de diciembre, y por el momento la campaña le va bien. "Aún hay pocos furanchos abiertos, y eso influye", afirma. "Por la semana casi no pasa nadie, pero los fines de semana sí que se trabaja bastante bien".

El representante en O Salnés de la Federación Provincial de Furanchos e Viticultores plantea que el público que acude a su local es muy heterogéneo. "Viene gente de todo tipo, pero jóvenes pocos". Cuando más gente hay es los fines de semana por la noche.

Los platos que se sirven en su casa son huevos y chorizos, zorza, carne richada, tortilla y tabla de embutidos, todos ellos permitidos por el decreto de la Xunta.

En lo que respecta al vino, coincide con los viticultores en que "la cosecha ha sido bastante floja", debido a las malas condiciones meteorológicas de la primavera pasada. Sin embargo, confía en que llegue para los tres meses que estará abierto, "porque el fin de semana se vende poco".

Antonio Miniño ha reclamado en más de una ocasión a los concellos y a la Xunta de Galicia que sean firmes en el cumplimiento de la legislación. Sostiene que todavía hay quien abre su casa sin tramitar ni un solo permiso y sin pagar tasas ni autónomos. Una competencia desleal, "que es mala para nosotros y para la hostelería".

Por ello, insta a los inspectores de la Xunta a no descuidar las labores de vigilancia en este tipo de establecimientos, y a los que siguen al margen de la ley a adaptarse a las condiciones establecidas. "No se piden tantos requisitos", sentencia.