Lo que mal empieza, mal acaba. Un dicho que podría aplicarse a una campaña de la vieira en la que el ambiente está muy enrarecido. Este otoño hay dos planes distintos y simultáneos en la ría de Arousa, diseñados por las cofradías de Cambados y Rianxo, y esta situación sigue causando tensiones y malestar en los muelles. Destacados armadores de la vieira de Cambados han manifestado su enfado con la Consellería do Mar, al sentirse discriminados con respecto a los barcos de Rianxo, dado que estos disfrutan de un mayor tope de captura de marisco.
"Lo que el sector pide es que haya un tope de kilos por tripulante y barco, como sucede con la volandeira o el centollo", afirma un patrón del margen sur de la ría.
En estos momentos, los barcos que participan en el plan de la vieira de Rianxo pueden extraer hasta 60 kilos diarios de marisco por marinero, mientras que el tope de los de Cambados es de 45 por tripulante. La diferencia se debe a que las plantas de evisceración piden una cantidad determinada de vieira al día, y esta se reparte entre los barcos de su campaña. En la de Rianxo están participando menos embarcaciones, de ahí que les toque más vieira a la hora de repartir los cupos de extracción.
En la práctica, la diferencia puede compensarse porque los barcos de Cambados están trabajando más días que los que se han sumado a la campaña de Rianxo, pero esto no llega para tranquilizar los ánimos en el puerto cambadés.
Los pescadores críticos consideran que la falta de una regulación clara y explícita por parte de la Xunta de Galicia aboca a una situación mala tanto para el sector, ya que puede alimentar rencillas y desencuentros, como para el propio recurso, pues se puede caer en la sobreexplotación del mismo. Por ello, en Cambados emplazan a la Consellería do Mar a regular de forma clara y concreta los topes máximos diarios de capturas.
Alegan que aunque Rianxo esté yendo menos días a pescar, sobre el papel podrían haber ido más, de modo que la diferencia de ganancias entre los barcos del norte y los del sur sería ostensible.
Sin embargo, la diferencia de los topes de captura entre los barcos de un lado y otro de la ría no es el único punto de fricción en una campaña que se inició hace apenas 20 días.
En Cambados también se quejan de que Mar es este otoño especialmente estricta con ciertos procedimientos que otros años, según los armadores consultados, se permitieron sin mayor problema. Por ejemplo, se quejan de que los inspectores obligan ahora a estar en puerto a las 14.00 horas, lo cual puede ser difícil de cumplir para los barcos que salgan a faenar frente a A Pobra. "Hoy (por ayer) hubo barcos que no pudieron hacer el tope porque tenían que estar a las dos de la tarde en tierra y estaban a una hora de viaje", se queja un patrón pesquero.
También afean a la Xunta que este año solo se permita trabajar en una zona al día, "cuando siempre se permitió alternar la 1 con la 2, y la 3.1 con la 3.2", para facilitar al trabajo a las embarcaciones en caso de que el marisco fuese escaso en una de ellas, pudiendo así tener una alternativa próxima.
Otro asunto que ha levantado ampollas en Cambados es que los inspectores se niegan este año a permitir la solidaridad entre compañeros. Según los armadores consultados, otros años se dejaba ceder los kilos sobrantes de vieira a embarcaciones en caso de que hubiesen sufrido una avería mecánica o en sus aparejos, pero esta práctica está prohibida este año.
En todo caso, no se respira en el ambiente la alegría de otras temporadas, y no solo por la existencia de dos planes simultáneos compitiendo por el mismo recurso. La sensación en Cambados es de que no hay demasiada vieira grande. "Esta campaña probablemente sea corta", sentencian los afectados.
