Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los arqueólogos regresan a Cálago en 2020 tras superar la lentitud burocrática

El Concello ya cuenta con los permisos de Patrimonio para consolidar las estructuras

Excavaciones realizadas en Cálago. // Noé Parga

Las estructuras localizadas en el yacimiento de Cálago, Vilanova de Arousa, verán la luz en 2020. Lo harán meses después de lo previsto debido a la lentitud de la burocracia, que ha impedido que la documentación necesaria apara iniciar las obras estuviese lista el pasado mes de septiembre, cuando estaba prevista la actuación. Todos los permisos necesarios para acometer los trabajos arqueológicos llegaron al Concello de Vilanova el pasado miércoles, por lo que los arqueólogos podrán comenzar a trabajar en próximas semanas.

El objetivo de esta tercera fase de intervención pasa por excavar en la zona de la croa donde se localizaron los restos de una edificación y consolidar el resto de estructuras que se encuentran en el castro para que puedan ser visitadas por los vecinos. Por el momento, todos los restos localizados pertenecen al antiguo castro, sobre el que se acabaría asentando un monasterio del que todavía no se ha encontrado ningún vestigio, pese a que los trabajos se iniciaron en su día con ese objetivo.

Entre los elementos localizados durante las dos intervenciones que se han realizado en Cálago se encuentran un brazalete y unos bronces afilados que, en un primer momento, los arqueólogos situaban entre la época castrexa y la romana. La primera de esas excavaciones fue un sondeo que ya dio pistas sobre la importancia que tiene el yacimiento vilanovés, mientras que la segunda fue la más importante, ya que se aprovechó de las pistas que ofrecieron esos sondeos y un georradar. Entre los muchos restos encontrados está una casa de planta circular. La vivienda de origen castrexo o prerromano, presenta unas dimensiones de 6,30 metros de diámetro en el exterior y de 5,35 en el interior, por lo que tendría una superficie útil de 22,5 metros cuadrados. El muro de la casa tiene una anchura de entre 40 y 50 centímetros y está construido en granito. Este espacio se tratará de consolidar en la siguiente fase de excavación para que pueda ser observado por las personas que se acerquen a Cálago. El hallazgo más espectacular se registró en la última jornada de los trabajos que se llevaron a cabo en el pasado mes de octubre. Fue un vecino el que se acercó a los arqueólogos para explicar que había localizado unos huesos en un espacio situado al sur del campanario de Cálago. Esos huesos resultaron ser humanos y probablemente de época medieval. Al tratarse de la última jornada de trabajo no se pudo actuar en la zona para confirmar la existencia de una necrópolis, probablemente del antiguo monasterio de Cálago. Las sucesivas excavaciones también han permitido sacar a la luz importantes restos cerámicos que demostrarían que la pequeña elevación próxima al mar de Cálago estuvo habitada durante más de 1.000 años.

Compartir el artículo

stats