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Preocupación por los últimos datos demográficos en Arousa

O Salnés vuelve a perder población y ni siquiera los municipios costeros se libran de la sangría

El INE empieza a enviar a los Ayuntamientos los datos de habitantes que serán oficiales a partir del 1 de enero próximo -El balance es negativo para Vilagarcía, Cambados, O Grove, Vilanova, Ribadumia y A Illa

Una céntrica calle de Vilagarcía, ayer. // Iñaki Abella

Los municipios de O Salnés han vuelto a perder población durante los últimos meses. La sangría demográfica no cesa debido en gran parte a la baja natalidad que se ha convertido en crónica desde que estalló la crisis económica, hace ya casi 12 años. Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que el número de habitantes ha bajado en poblaciones significativas, como las de Cambados y O Grove. Y probablemente el saldo también sea negativo en Vilagarcía de Arousa.

El INE empezó a enviar el jueves a cada Ayuntamiento sus datos de población a efectos del 1 de enero de 2019. Otros municipios recibieron la comunicación durante la mañana de ayer, y los últimos lo harán el lunes. En más de una localidad, estas cifras han sido acogidas con preocupación por los funcionarios encargados del padrón y los cargos políticos. Porque en O Salnés y Ullán hay pocos motivos para la satisfacción.

Por un lado, han perdido población la práctica totalidad de localidades del territorio. Por otro, Meis y A Illa siguen por debajo de los 5.000 habitantes, y Ribadumia ya se asoma a este pozo, ya que si sigue perdiendo vecinos descendería de categoría administrativa, con lo que recibirían menos dinero de otras administraciones.

Vilagarcía

Vilagarcía es uno de los concellos a los que ayer todavía no había llegado la comunicación del Instituto Nacional de Estadística. Pero todo apunta a que este municipio va a perder población. El INE remite a las administraciones locales entre febrero y marzo de cada año un primer dato de su padrón. A partir de ese momento, los concellos tienen un plazo para presentar alegaciones y reclamar más habitantes, si consideran que la estadística del INE está mal hecha.

Acto seguido, el Instituto Nacional de Estadística coteja las alegaciones, estimando algunas y desestimando las demás. Una vez realizado ese trabajo, a finales de otoño envía a los municipios una segunda comunicación con el número de habitantes de cada uno. Ese es el dato que ha empezado a llegar el jueves a los concellos arousanos, y el que figurará en la estadística oficial a partir de enero próximo.

Vilagarcía no tiene este balance, pero el del invierno era poco alentador. El INE le daba entonces a Vilagarcía 37.456 habitantes a 1 de enero de 2019.

Aunque el concello arousano presentase alegaciones, es poco probable que esa cifra vaya a variar mucho, y estará casi con toda seguridad por debajo de la de 2018. Entonces, Vilagarcía sí había ganado habitantes con respecto al año anterior, y cerró el ejercicio con 37.519 empadronados. Pero aquella subida se ha truncado. Una vez más, la capital arousana pierde vecinos, como ha sucedido casi siempre desde que empezó la crisis.

Por encima de los 10.000

Tampoco están para dar palmas de alegría en Cambados y O Grove, que una vez más pierden población, como ya sucedió hace un año. El INE envió ayer los datos a ambas localidades, y asigna 13.744 vecinos a Cambados, y 10.650 a O Grove. Las cifras son inferiores a las de enero de 2018 en ambos casos, puesto que entonces habían sido de 13.814 residentes en Cambados y 10.700 en O Grove.

Vilanova también está a la espera de recibir el dato definitivo. Pero el provisional de invierno ya era preocupante, pues les daba 10.302 habitantes, medio centenar menos que el año anterior.

Asomados al abismo

Ribadumia tuvo en su día un crecimiento demográfico espectacular. La puesta en marcha del polígono industrial de Cabanelas, y la rápida urbanización de Barrantes, que permitió ofrecer vivienda a precios mucho más competitivos que los de Cambados o Vilagarcía, promovió el aumento poblacional más acelerado de la comarca. Pero la crisis también lo frenó en seco. Tanto es así que incluso esta localidad con un datos de natalidad aceptables ha iniciado la cuesta abajo demográfica. El INE le da a 1 de enero de este año 5.052 vecinos, frente a los 5.069 del anterior registro.

Meis y A Illa siguen por debajo de los cinco millares de vecinos. El Instituto Nacional de Estadística contabilizó en el municipio isleño a 4.926 personas, lo que supone un nuevo descenso con respecto al año anterior, pues a 1 de enero de 2018 tenían 4.958. Meis, en cambio, sí ha crecido. De 4.776 habitantes en 2018 ha pasado a 4.791, según el informe que se recibió ayer en la administración local.

Finalmente, el Concello de Meaño todavía no ha recibido la comunicación oficial del INE (el año pasado tenía reconocidos 5.315 vecinos), y el de Sanxenxo no facilitó los datos solicitados por este periódico. Este último municipio tenía a 1 de enero de 2018, un total de 17.212 habitantes.

El Ullán

En el Ullán la tónica es similar. La población ha crecido en Pontecesures, pero baja en Valga y Catoira. El municipio vikingo está a la espera del dato definitivo, pero el provisional de invierno era de 3.335 habitantes, catorce menos que el año anterior. Valga, por su parte, sí recibió ayer la comunicación oficial del INE, en la que se le asignaban 5.869 censados, frente a los 5.927 de hace un año. Pontecesures sí crece en población. De 3.037 pasa a 3.052.

La población de un municipio es un dato que trasciende a la estadística. Dice mucho de la salud económica de un territorio y de su dinamismo social. En este sentido, los de O Salnés son los esperables en una comarca sin un polo empresarial capaz de atraer en masa a trabajadores de fuera y de fomentar la natalidad.

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