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Ocaso de especies "estrella" en las lonjas y Crustáceos que van a menos en la comunidad

El buey de mar, una especie lastrada en Galicia por su lento ciclo reproductivo

- Con el comienzo de la campaña del centollo arrancó, también, la de este gran cangrejo - El producto escasea en Galicia y es capaz de alcanzar 28 euros por kilo en las "rulas"

Representación de un buey de mar.

Ahora que el centollo está de moda, después de que el domingo arrancara la nueva temporada de pesca, el buey de mar es otro de los crustáceos que cobran protagonismo en las lonjas gallegas, donde en vísperas de Navidad es capaz de alcanzar los 28 euros por kilo.

Pero es una especie "segundona", a causa de su escasez. Su lento ciclo reproductivo -de hasta cinco o seis años- hace que la población adulta se vea mermada por las campañas de pesca, y esto propicia una reducción de individuos similar a la que, por ejemplo, afectó, y afecta, al bogavante y la langosta.

Baste como ejemplo lo sucedido en los dos primeros días de la campaña del centollo, que coincide con la del buey de mar. El lunes se vendieron apenas 22 kilos de buey en la lonja de Cambados (246 euros) -a un máximo de 12 euros el kilo- y once en la de O Grove, en este caso con un precio máximo de 10 euros y un mínimo de 6,75.

El martes ya no llegó este crustáceo al puerto cambadés, mientras que se rozaron en la rula meca los 79 kilos, con un primer "mío" de 12,95 y una cotización mínima de solo 4. Ayer tampoco había buey en Cambados y O Grove vendió 42 kilos, entre 6 y 11,7 euros.

Galicia

En lo que va de año las lonjas gallegas apenas ofrecieron 15 toneladas de buey, con una facturación de 123.000 euros. La mayor cantidad se subastó, precisamente, en O Grove, que está a estas alturas ligeramente por encima de las tres toneladas de esta especie (29.000 euros), por delante de A Coruña y Burela, en ambos casos con 2,7 toneladas, y de Ribeira (2,4).

Y eso que las últimas campañas están siendo relativamente buenas, con 21 toneladas el año pasado, cuando se superaron los 28 euros por kilo en las lonjas -el mejor registro de las dos últimas décadas- para ingresar un total de 182.000 euros.

Aquello se interpretó como una señal de aparente recuperación, después de que se alcanzaran casi 30 toneladas en 2017, 32 toneladas en 2016 y 26 toneladas de buey en 2015. Pero frente a esos resultados están los de ejercicios precedentes, que habían resultado pésimos, con solo nueve toneladas en 2014, apenas cinco en 2013, siete toneladas en 2012, seis en 2011 y siete toneladas en 2010.

Está por ver, en consecuencia, qué sucede con la campaña de pesca del buey iniciada el domingo en las provincias de A Coruña y Pontevedra.

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