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El problema de acceso a la vivienda en la capital arousana

La demanda de alquiler social en Vilagarcía se dispara sin previsión de construir nuevas VPP

Actualmente están registrados 213 solicitantes, el triple que hace cuatro años - La Xunta descarta levantar más edificios porque el municipio "no dispone de suelo urbanizable en el que poder ejecutar obra nueva", argumenta

La urbanización de Bosque de Desamparados aglutina el grueso de las 54 viviendas sociales que hay en Vilagarcía. // Noé Parga

La demanda de viviendas de promoción pública (VPP) en régimen de alquiler se ha disparado en los últimos años en Vilagarcía. En la actualidad el Rexistro Único de Demandantes contabiliza 196 solicitantes, a los que hay sumar otros 17 interesados en arrendamiento con opción a compra. Por tanto suman 213 personas, el triple que hace cuatro años, cuando estaban inscritos en el registro de la Xunta 77 vilagarcianos a la espera de un alquiler social (en enero de 2015).

A partir de ahí, la demanda comenzó a crecer, alcanzando en la primavera de 2017 los 142 ciudadanos interesados en una VPP en la capital arousana. Y a tenor de los últimos datos, la tendencia continúa al alza.

Sin embargo, el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) no tiene entre sus planes la construcción de nuevas viviendas de promoción pública en Vilagarcía "dado que este concello no dispone de suelo urbanizable en el que poder ejecutar obra nueva", justifican fuentes oficiales de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda.

No obstante, desde el departamento que dirige Ángeles Vázquez aseguran que existen "líneas de actuación con presupuestos consignados en las que tienen encaje la posibilidad de construir nueva vivienda, un proyecto o iniciativa en la que imprescindiblemente se tiene que contar con la colaboración del Concello".

Vilagarcía cuenta con un total de 54 pisos destinados a personas con una delicada situación económica. Se reparten entre 48 viviendas de promoción pública (VPP), situadas en la urbanización Bosque de Desamparados, y seis cedidas por la Sareb que gestiona el IGVS para alquiler social. Por tanto en la ciudad hay un piso social por cada cuatro demandantes en espera.

Como solicitantes de vivienda en Vilagarcía, el registro oficial de la Xunta computa un total de 231 vecinos. A los 220 interesados en VPP (7 de compra, 196 de alquiler y 17 de alquiler con opción a compra), hay que añadir 4 anotados en el apartado de viviendas de promoción privada de régimen especial (2 de compra y 2 de alquiler) y los 5 inscritos en viviendas de promoción privada de régimen general (1 de compra, 4 de alquiler y 1 de alquiler con opción a compra).

Mensualidad de 125 euros

En base a la información publicada en el Rexistro Único de Demandantes, es evidente que la fórmula mayoritaria entre los solicitantes es la de arrendamiento de viviendas de promoción pública (VPP), es decir, construidas y gestionadas directamente por la administración autonómica.

Para poder residir en un inmueble de estas características, el núcleo familiar del aspirante debe ingresar menos de 11.200 euros al año, o lo que es lo mismo, por debajo de 1,5 veces el Iprem (Indicador Público de la Renta de Efectos Múltiples).

Las VPP están pensadas para garantizar el acceso a la vivienda de las familias con escasos recursos económicos, con serias dificultades para poder alquilar un piso del mercado libre. En el caso de Vilagarcía, la escasa oferta de vivienda ha disparado los precios a una media de entre 400 y 450 euros de cuota mensual, una cantidad inasumible para economías familiares modestas. Sin embargo, los alquileres sociales no suelen superar los 125 euros al mes. El problema es que no hay tantas viviendas de este tipo como gente que las necesita.

Para poder hacerse con una VPP en propiedad, el inquilino debe alcanzar los diez años de contrato de arrendamiento, tener unos ingresos superiores a 1,5 veces el Iprem (más de 11.200 euros al año), estar al día en los pagos con la comunidad de vecinos y de los impuestos que genera la vivienda.

Desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda recuerdan la puesta en marcha por parte del Gobierno gallego del Programa de Vivendas Baleiras "con el objetivo de que los ayuntamientos accedieran a medidas que fomenten el acceso a la vivienda". Afirman que el Concello de Vilagarcía está adherido desde marzo de 2017 "pero todavía no incluyó ninguna vivienda".

Recalcan desde la Administración autonómica que la gestión de este programa le corresponde al Ayuntamiento, encargado de incorporar los inmuebles y de su adjudicación. "La Xunta paga los seguros de impago y multirriesgo y las ayudas del Programa Rehaluga, destinadas a la mejora de las viviendas adheridas" al plan.

Cierto es que el Programa de Vivendas Baleiras ha fracasado de forma estrepitosa en Vilagarcía, pues ningún propietario se inscribió en el plazo abierto por el Concello. Ante el nulo interés de particulares de incluir sus inmuebles en este plan, Ravella solicitó a la Administración autonómica la posibilidad de abrir el abanico a los bancos, pues concentran buena parte de la oferta inmobiliaria de la ciudad. Pero el resultado fue exactamente el mismo: ninguna entidad se interesó en este programa de alquiler social. Y en cuanto a la demanda, es decir, a los posibles arrendatarios, las cifras también son irrisorias: cinco vilagarcianos inscritos (hasta enero de 2019). Pero como no hay ningún piso en esta bolsa de alquiler social, el plan no se ha podido poner en marcha.

La intención era que tuviesen preferencia como inquilinos las familias afectadas por ejecuciones hipotecarias, así como los hogares con hijos menores, las familias numerosas y monoparentales con hijos a su cargo. También las unidades familiares con mujeres víctimas de violencia de género, personas de más de 65 años y dependientes tienen prioridad.

El importe fijado en Vilagarcía para los alquileres del Programa de Vivendas Baleiras se situaba en un máximo de 300 euros mensuales, evidentemente por debajo del precio de mercado, por encima de los 400 euros.

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