En enero, ante el comienzo de una nueva temporada de observación, Bruno Díaz ya daba cuenta de que en la misma iban a participar jóvenes estudiantes llegados de Inglaterra, Canadá, Francia, Cuba y Portugal, entre otros países. "La importancia del trabajo científico que llevamos a cabo en el BDRI, avalado por las numerosas e importantes publicaciones de carácter científico, hacen que Universidades de todo el mundo inviten a sus estudiantes a viajar hasta O Grove para formarse de forma directa en el trabajo de investigación y estudio de mamíferos y aves marinas", explicaba.

El objetivo iba a ser, un año más, apostar por la pervivencia de delfines, ballenas y marsopas "a partir de su mejor conocimiento", siendo para ello esencial "el estudio de la ecología y comportamiento" de tales especies.