El concello de Meaño ha sido sancionado por Medio Ambiente y su departamento Augas de Galicia por vertidos incontrolados que ha supuesto tener que abonar 7.000 euros de multa. Una cantidad que responde en realidad a dos sanciones, una vinculada a los vertidos de la depuradora de O Cunchao en Padrenda, por lo que se le impone al concello una sanción de 2.500 euros. Y la otra, que fija la ubicación del vertido en Seixiños, si bien no se ha precisado, y que también acarrea una multa de otros 2.500 euros. Pero añadido a ello el concello meañés fue sancionado a mayores por 2.000 más al no atender el requerimiento de documentación al efecto que le solicitaba Augas de Galicia.
Una denuncia que hacía pública en el último pleno el edil de Meaño Independiente, José Manuel Aspérez, que interpelaba al grupo de gobierno por ello. Fue la secretaria la que reconocía los hechos, dado que, no en vano, respondían a sanciones de la etapa del anterior equipo de gobierno presidido por Lourdes Ucha, pero que trascendían ahora. Un Aspérez Montes que se queja del retraso con que el gobierno local les ha venido facilitando la documentación que se le requiere en relación, entre otros aspectos, a las resoluciones de la alcaldía, explicando que "estas sanciones se abonaron en abril y tuvimos conocimiento de ello antes del pleno de septiembre"
De los vertidos de la depuradora de O Cunchao en Padrenda se hacía eco FARO DE VIGO en julio de 2018. Son vertidos que se venían repitiendo en algunas épocas del año al coincidir con las lluvias. Se trata de una pequeña depuradora ubicada en una zona agraria baja, y que fue concebida en los 90 para procesar las aguas residuales de Padrenda que no podían ser enviadas por gravedad a la EDAR de Os Pasales en Dena. Hasta esta de O Cunchao llegan desde entonces la mayoría de las aguas residuales de la parroquia, de las que solo una pequeña parte son desviadas por gravedad a la EDAR de Tragove en Cambados.
Se trata de una depuradora aeróbica con tres pozos que van decantando las residuales. Cuenta con una instalación eléctrica mediante la que se inyecta aire en un momento del proceso y que va trasladando las aguas de un pozo a otro para ser tratadas de forma debida. Su ventaja son los bajos costes de inversión requeridos y la escasa producción de olores, si bien resultan luego, los costes posteriores de explotación sí resultan elevados.
Sus aguas vierten apenas 50 metros más abajo al regato de Taboiras que, unos kilómetros después, llega al Umia. Pero en determinadas épocas del año, con la llegada de las lluvias, los pozos desbordan inundando una buena parte de una parcela cercana de viñedo, dejando el terreno repleto en la mitad baja de residuos sólidos, hecho que tiene acreditado el arrendatario que trabaja la finca. El regato de Taboiras es el otro gran damnificado.
