La muerte de Esperanza Otero Gondar causó conmoción en O Grove, ya que se trata de una persona muy conocida en la localidad, perteneciente a una familia muy querida y respetada.

"Cuando sucede algo de esto y muere alguien siempre se dice que es buena gente; pero en este caso no es un tópico, sino que, efectivamente, Esperanza era una mujer querida, respetada y trabajadora", explica una de sus vecinas en el barrio de O Sineiro. Añade que la víctima "tenía un puesto" en el centro comercial La Aldea, en A Toxa, "y posiblemente a la hora del accidente había pasado por la gasolinera antes de irse a casa para comer".

Otros grovenses indican que también el marido de Esperanza Otero, es un hombre conocido en la villa que "trabajó de camarero en el hotel Serantes cuando se vinieron a vivir aquí desde Suiza".