Las grandes operaciones contra el narcotráfico u otras organizaciones criminales acarrean generalmente la intervención de una gran cantidad de bienes, como por ejemplo coches. Para los juzgados y las fuerzas policiales, la gestión de esos vehículos se convierte a menudo en un engorro, pues hay que estar pendiente de encontrarles un depósito donde no los desvalijen o no se deterioren ya al primer invierno; hay que llevarlos a pasar la inspección técnica; y hay que acordarse de renovarles los seguros, entre otras gestiones.
Al final, la gran mayoría de vehículos intervenidos a los narcos acaban convertidos en chatarra, pese a que en su día fueron coches de lujo.
La finalidad de la jornada de hoy en Santiago es mostrar precisamente a los profesionales de la Justicia y las fuerzas de seguridad que existen mecanismos para que no ellos no tengan que sacrificar tiempo y recursos en este tipo de gestiones. Entre esas herramientas se encuentra precisamente el Servicio de Gestión puesto en marcha por la Fundación Galego contra el Narcotráfico y el Colegio coruñés de Procuradores.
Hasta la fecha, la FGCN ha vendido vehículos por valor de unos 150.000 euros. El ejemplo que acostumbran a citar es el de un Porsche Panamera que devolvieron al mercado por 35.000 euros, una cifra del todo inviable en las subastas convencionales.