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La temporada cinegética en O Salnés

Los cazadores rechazan de plano las batidas diarias para frenar la expansión del jabalí

- Los presidentes de Karsita, Rías Baixas y O Corazón do Salnés detectan un fuerte repunte del "porco bravo" -Los arousanos abogan por las esperas nocturnas o por ampliar las cacerías a determinadas zonas restringidas

La cuadrilla de O Corazón do Salnés (Meaño), se cobró cuatro ejemplares este fin de semana. // Iñaki Abella

El gran repunte en las poblaciones de jabalí que se ha producido en buena parte de Galicia se está notando también en O Salnés. Así lo atestigua el número de ejemplares avistados o abatidos por las sociedades de caza. Y, sin embargo, los presidentes consultados por FARO son unánimes al mostrar su rechazo a las batidas diarias, que la Xunta de Galicia ha autorizado en cuatro comarcas gallegas.

Jesús Beloso, de Karsita (Vilagarcía), plantea que "sí que se ven jabalíes por todas partes, pero están muy difíciles de matar". Él opina que extender las cacerías a todos los días seguramente no dé el resultado esperado. "Para una batida hay que reunir a un mínimo de ocho personas, y ya ahora cuesta encontrarlas los jueves".

Del mismo modo, cree que intensificar en esa medida la presión sobre el animal lo empujará hacia las zonas urbanas, donde no puede ser perseguido y aumentan los riesgos de accidente de tráfico. Por ello, Jesús Beloso considera que la solución para frenar la expansión del "porco bravo" pasa por permitir "las esperas nocturnas", como se hace en algunas zonas del centro de España.

Martín Vilas, presidente de Rías Baixas (Vilanova), también percibe más piezas. "Hace dos años, no matamos ninguno, y el pasado, un par. Este ya llevamos dos abatidos en poco más de un mes, y aún nos quedan las batidas de enero y febrero". Según él, hay tal densidad de jabalí en el monte, que en ocasiones los perros se van tras uno en las mañanas de entrenamiento para la temporada de caza menor.

Pese a todo ello, Vilas también se opone a las batidas diarias, que la Xunta ha autorizado en 33 municipios del Deza (provincia de Pontevedra), Viana (Ourense), Betanzos-Eume (A Coruña) y la Terra Cha (Lugo). "O Salnés aún no está en esa situación, pero es que además andar encima del jabalí todo el tiempo podría ser peor, porque los abravaríamos mucho".

Bajo su punto de vista, lo mejor para frenar la expansión demográfica del jabalí y, en consecuencia, los daños que sufren numerosos agricultores y ganaderos, pasaría por "reducir el número de batidas, pero hacerlas bien". "Es mejor hacer diez batidas con treinta personas cada una, que treinta batidas con ocho personas cada una", sentencia Martín Vilas.

Eso sí, el presidente de Rías Baixas sostiene que para que ese modelo pueda funcionar es necesario un mayor compromiso de los cazadores. "Antes, la caza se concentraba en dos meses, y era muy fácil encontrar gente. Pero ahora se ha alargado tanto en el tiempo que hay días que resulta complicado disponer del mínimo de personas necesario. Hay cazadores a los que no les gusta ir al jabalí, porque es una carne que no todo el mundo quiere, pero tenemos que concienciarnos de que todos tenemos que colaborar, y de que las batidas son necesarias", concluye.

En este sentido, recuerda que, "la caza del jabalí es más compleja de lo que parece, porque es un animal muy esquivo", y a menudo se esconde en zonas vedadas o rodeadas de viviendas. "En O Rial y junto al CIMA de Corón sabemos que hay cinco o seis jabalíes, pero ahí no les podemos hacer nada".

Meaño

Un tercer presidente de O Salnés consultado por FARO, Rafael Otero coincide con el diagnóstico realizado por sus dos compañeros. "Los jabalíes han repuntado mucho", hasta el extremo de que el sábado abatieron cuatro, "y se nos escaparon siete u ocho más". Pero tampoco comparte la necesidad de organizar cacerías diarias.

"Hay una mayor densidad de jabalí, eso está claro. Pero para mí las batidas diarias son inconcebibles, no lo comparto". El presidente de O Corazón do Salnés considera que una cosa es controlar la población de una especie cinegética, y otra muy distinta, "exterminarla", y entiende que a ese extremo no se puede llegar bajo ningún concepto. "Entiendo el malestar de los agricultores, pero las batidas diarias no son la solución. Los días que hay ahora mismo son más que suficientes", declaró. Además, teme que con tantas salidas simultáneas se relajasen los controles y aumentase el riesgo de accidentes en el monte.

Para Rafael Otero, las esperas nocturnas podrían ser eficaces para frenar los daños en los cultivos, y propone también que los cazadores pudiesen entrar en situaciones excepcionales y justificadas en las zonas vedadas, "porque lo que pasa es que muchos jabalíes se nos meten en los refugios, y ahí no podemos hacer nada".

La explosión demográfica del jabalí está causando problemas importantes en la agricultura en varias comarcas gallegas, hasta el extremo de que el sindicato Unións Agrarias ha reclamando a la Xunta de Galicia un censo riguroso sobre la realidad de este animal, y medidas para frenar su expansión.

O Salnés ha quedado al margen del plan cinegético especial aprobado por la Xunta, de modo que en la comarca arousana solo se puede cazar los jueves, los fines de semana y los festivos, pese a que también se ha detectado un elevado número de jabalíes y de daños en cultivos agrícolas.

Vendimia y reparto de carne

La sociedad cinegética de Meaño interrumpió las salidas durante dos semanas en septiembre debido a la vendimia. "Sabíamos que iban a estar pasando tractores y gente de forma constante por los caminos. No tenía por qué pasar nada, pero siempre es mejor prevenir", argumenta Otero. Por otra parte, los cazadores de Meaño repartirán la carne de los jabalíes cobrados el fin de semana entre los agricultores que sufrieron daños en sus parcelas, tanto en las incluidas en el coto de O Corazón do Salnés como en las que están en zona libre.

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