La situación del río Umia a su paso por Vilanova de Arousa presenta una imagen muy deficiente, con la maleza tomando la orilla y árboles tirados en pleno cauce fluvial. Es por ello que el Partido Socialista ha presentado una moción para el próximo pleno en el que insta al Concello de Vilanova a condicionar y mejorar el cauce fluvial en ese tramo, en especial, en zonas como As Aceñas o Pago Negro, en la parroquia de Baión.

La formación que lidera Javier Dios entiende que se debe proceder de manera urgente, antes de la llegada de la temporada de lluvias, procediendo a la limpieza de todo el cauce fluvial para evitar posibles desbordes e inundaciones. Insisten en que "en el Concello de Vilanova es necesario proceder a tener el cauce del río Umia de una forma adecuada, ya que existen tramos prácticamente inaccesibles y resulta aberrante su situación". Un ejemplo de ello para los socialistas es el estado en que se encuentra el río Umia a la altura de la parroquia de Baión, desde As Aceñas, "lugar totalmente abandonado, hasta la playa fluvial de Pago Negro".

Mantienen que el Umia "debe mantenerse limpio y cuidado, para que, de esta forma, no ocasione una mala imagen de Vilanova entre los turistas que visitan el interior del municipio, y lo más importante, debe ser totalmente seguro e higiénico". Plantean que el Concello reclame a Augas de Galicia la elaboración, con periodicidad anual, una programación con las actuaciones de limpieza que se vayan a acometer, que sean conocidas con antelación, y con un plazo de alegaciones o sugestiones para los municipios y los colectivos ambientalistas". También consideran que el ente autonómico debe establecer una línea de ayudas a los municipios, repartida de forma objetiva en función de los kilómetros de río que tengan declarados como tramo urbano, para que estos puedan realizar también la limpieza en esos tramos, de los que "la Xunta se desentendió a principios de este mismo año".

El río Umia, del que bebe la mayor parte de los vecinos de la comarca, se ha caracterizado en los últimos años por sufrir un buen número de agresiones medioambientales. La más grave ocurrió hace trece años, en 2006, cuando un incendio en un almacén de químicos en Caldas tiñó de azul turquesa las aguas de este cauce fluvial. La mancha se frenó en As Aceñas y consiguió limpiarse, pero los efectos colaterales que causaron los químicos todavía son apreciables en varias zonas.