Las toallitas húmedas se encuentran detrás del vertido de fecales que se registró ayer en la playa de A Braña, en Vilanova. La acumulación de las mismas en la red acabó provocando una importante avería en el sistema de bombeo del alcantarillado vilanovés, tanto que, incluso, se quemó uno de los motores que impulsan los residuos hacia la depuradora de Tragove.

El vertido de fecales se detectó el pasado domingo, cuando varios vecinos de la zona mostraron su desagrado por lo que parecía un vertido de aguas residuales procedentes del propio sistema público de alcantarillado.

Esas denuncias, llevaron al Concello a comunicar la situación a la concesionaria del Servicio, Espina y Delfín, que se presentó en la zona y comprobó que el pozo de bombeo estaba totalmente obturado por lo que todos los residuos acabaron fluyendo por el aliviadero que desemboca en la playa. Ese pozo cuenta con dos motores para la impulsión, uno de ellos estaba quemado y tuvo que ser sustituido, mientras que el otro se apagó antes de sufrir daños, por lo que, una vez retirada la masa de las toallitas húmedas, se puso en marcha sin mayor incidencia.

El alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, lamentó ayer que la gente "siga arrojando toallitas húmedas por el retrete, porque no son biodegradables, sino que se convierten en un verdadero problema para toda la red de alcantarillado y nos obligan a gastar un dinero que podía destinarse a otras acciones". Durán asegura que no es la primera vez que ocurre una situación similar en la red de alcantarillado, pero "nunca había llegado a bloquear por completo un pozo de bombeo y mucho menos a arrojar a una playa los residuos". El regidor reconoce estar preocupado por esta situación y lamenta que "la gente, pese a las advertencias, siga arrojando esto por el alcantarillado". Esos problemas se han detectado con mayor virulencia durante el verano, cuando la población de Vilanova se multiplica por dos con la llegada de los turistas.

Lo ocurrido en Vilanova de Arousa no es un caso aislado ya que en otros municipios de la comarca han tenido serios problemas con la acumulación de toallitas en su alcantarillado. Un ejemplo de ello es el de A Illa, que tras ver como gran parte de sus sistemas de recogida de aguas residuales colapsaba, decidió poner en marcha varias campañas para concienciar a los usuarios de que esas toallitas eran un problema. La campaña se hizo, con carteles en diferentes puntos del municipio y trípticos explicando las consecuencias, pero el resultado fue paupérrimo, porque los problemas continuaron y, cada cierto tiempo, el camión de una empresa especializada debe acudir a A Illa para eliminar todos los residuos. Esas visitas períodicas que debe realizar el camión cuestan al Concello de A Illa más de 70.000 euros anuales.