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Retoman el juicio contra los acusados del secuestro de un narco pontevedrés

-Cuatro arousanos son sospechosos de la desaparición de un socio de "Pelopincho" -La causa se archivó de forma provisional a la espera de interrogar a la testigo clave

Los acusados, en la vista de marzo en la Audiencia. // Rafa Vázquez

La Audiencia de Pontevedra retoma la semana próxima el juicio contra cuatro arousanos sospechosos de haber hecho desaparecer en noviembre de 2010 a Bernardo Villaverde Amil, un hombre vinculado al narcotráfico y a José Antonio Pouso Rivas, "Pelopincho", otro histórico capo de las drogas.

Se trata de un juicio que iba a celebrarse ya a finales de marzo pasado, pero que se aplazó a petición del fiscal.

Una de las principales pruebas de cargo de la acusación es el testimonio de la viuda de Villaverde, ya que presuntamente fue la última persona de su entorno que le vio con vida, y habría presenciado como su marido se marchó con los cuatro acusados horas antes de que se le perdiese la pista para siempre.

Pero la mujer estaba en Bolivia la primavera pasada, por lo que no fue posible tomarle declaración, de ahí que el Ministerio Público solicitase el archivo provisional de la causa, a la espera de poder citar a la mujer de nuevo.

El juicio se celebrará ahora en la sección cuarta de la Audiencia Provincial, el próximo jueves, 19 de septiembre, a partir de las 10 de la mañana. En el banquillo de los acusados se sentarán cuatro arousanos, de iniciales M.S.F., F.S.S., J.M.F.T. y J.J.C.G. Están acusados de una presunta detención ilegal agravada, y el fiscal pide para ellos diez años de prisión.

Bernardo Villaverde y "Pelopincho" desaparecieron tras el hundimiento del "Garbi III", un barco que se hundió frente a Portugal con cuatro toneladas de hachís a bordo. La hipótesis policial es que ambos fueron víctimas de un ajuste de cuentas, y que este podría haber sido ordenado por las mafias marroquíes dueñas del alijo.

Uno de los acusados, M.S.F., apodado "Machucho", ya fue condenado por el transporte de hachís frustrado que dio lugar a este supuesto ajuste de cuentas. El Tribunal Supremo le condenó a cuatro años de cárcel, al no tener en cuenta como agravante y reincidencia sus condenas anteriores por drogas.

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