-¿Se llega a sentir como propia la patria chica de los padres cuando ya se nace en la emigración?
-Yo soy un enfermo de Galicia, tengo una morriña terrible, como si hubiese nacido aquí. Ya he estado seis veces. Mis padres me inculcaron esa morriña. Los gallegos en Argentina se juntan los fines de semana y se pasan todo el tiempo jugando a la brisca y hablando de Galicia. Mis padres quieren venir a morir a Cambados. No son totalmente felices viviendo fuera de aquí.
-Argentina recibió a miles de emigrantes de otros países. ¿Es común en todos esa melancolía por el hogar dejado atrás?
-Tengo amigos hijos de italianos y no les escucho hablar de la tierra de sus padres de la misma manera que lo hacen los gallegos. A un gallego de Argentina nunca le escucharás que está juntando dinero para irse a Punta Cana o a Miami. Él solo viaja a Galicia.
-¿Qué tiene que hacer un chaval gallego que quiera formarse como mago?
-En Madrid hay escuelas y un par de editoriales de magia excelentes. España es la cuna de la magia mundial. Tiene a Juan Tamariz, a Anthony Blake, a Héctor Mancha, a Miguel Muñoz, a Luis Boyano...
