Marcelo Insua Barreiro es un mago de prestigio mundial, y actúa este domingo en el Auditorio de A Xuventude (Cambados). También conocido como "Tango", Insua nació en Buenos Aires en 1967, y es hijo de dos cambadeses que emigraron a mediados del siglo pasado a Argentina. Su madre es de Vilariño, su padre, de Castrelo. Aún viven, y le acompañan en este viaje a Galicia en el que Marcelo Insua y su esposa celebran sus Bodas de Plata. El espectáculo del domingo se titula "Sexto sentido", y está pensado para adultos y niños a partir de unos diez años. La función empieza a las 20.00 horas, y la entrada es gratuita. Es la primera vez que Marcelo Insua actúa en Galicia.
-¿Qué es la magia?
-La magia es una expresión artística, como la escultura, la música o las letras. Pero la magia lleva implícita la búsqueda del asombro, por lo que algunos decimos que es la reina de las artes. Aunque para que la magia sea arte necesita dos cosas: el asombro y el aporte estético. René Lavand decía que no todos los magos son artistas, porque al artista es el mago que logra hacer una composición entre el asombro y el aporte estético. Ese aporte estético puede ser un relato, una pieza musical, un baile, simplemente algo que le aporte esa sensibilidad que todo arte necesita.
-Su objetivo sobre el escenario va por lo tanto más allá de dejar boquiabiertos a los espectadores.
-En mis espectáculos no pretendo solo asombrar, sino que la gente sienta otras emociones. En los primeros diez minutos sí busco el asombro extremo, pero a partir de ese momento busco despertar otras emociones, la sonrisa, la melancolía, la angustia... Los primeros minutos, el público trata de descifrar tus secretos, pero después tiene que relajarse y disfrutar. La magia no puede ser solo una provocación a la lógica de la mente. Tiene que comunicar, generar emociones. En el espectáculo traigo la historia de mi abuela, que era una médium, la de mis padres... para terminar hablando de los sueños.
-Ya en la presentación de su función habló de la importancia de perseguir los sueños.
-Los sueños son lo único que te libera de la tragedia humana. Persiguiendo los sueños es como se alcanza la felicidad.
-Usted puede hablar de eso con conocimiento de causa. Fue durante mucho tiempo un artista encerrado en el cuerpo de un empresario hasta que a los 40 años decidió subir a un escenario.
-Como gallego que soy trabajé muchísimo. Pero el mandato cultural que recibí decía que tenía que tener un buen trabajo, ganar dinero, conseguir una casa para mí y otra para mis hijos. Cuando tenía 39 años se me murió un amigo que tenía 43. Era contable, pero quería ser mago, y él me decía que le gustaría tener lo que yo tenía, porque yo tenía un teatro de espectáculos teatrales, producía y escribía guiones de magia... Pero no era mago. Hasta que me aferré a mi globo. En mis espectáculos siempre hay globos, porque son como los sueños. Si los sueltas, se escapan.
-Aún hoy tiene varias empresas vinculadas a la magia. ¿De qué vive, de esas empresas o de los espectáculos?
-El 80 por ciento de mi dinero seguramente proceda de las empresas, pero el 99 por ciento de mi salario emocional viene de los shows. Así que vivo de los shows.
-¿Alguna vez falló en pleno espectáculo?
-Me he equivocado, hasta que aprendí del maestro Juan Tamariz que el público no tiene por qué enterarse de que te has equivocado, y que has de tener siempre una salida. En una conferencia, Tamariz nos mostró un truco con 28 salidas posibles.
-¿La magia se estudia o se entrena?
-La magia necesita muchísimo estudio, tanto que a veces no te sientes nunca lo suficientemente formado para subirte a un escenario. Pero llega un momento en el que no te queda más remedio que pararte y confiar en ti mismo.
-¿A qué se refiere cuando dice que hay que estudiar mucho?
-La magia es muy sacrificada porque aprender un juego profundo, complejo, puede llevarte meses. Y vas y se lo presentas a tu familia. Si ese día te sale bien, te envalentonas y todo es genial. Pero si sale mal, no te queda más remedio que volver a empezar.
