El hallazgo de huesos humanos ocurrido el pasado mes de octubre no ha caído en saco roto para los arqueólogos que desempeñan su labor en Cálago, pero la intención es consolidar los restos de estructuras encontradas en las dos primeras intervenciones, y después, desarrollar una fase específica en el lugar donde fueron localizados esos restos humanos. Gonzalo Durán, alcalde de Vilanova, espera que esos huesos arrojen luz sobre la gran incógnita del lugar en el que se asientan los cimientos del monasterio, ya que aparecieron en una zona en la que no se realizaron sondeos.

El único resto que queda del antiguo castro, el monasterio y la iglesia parroquial es el campanario de Cálago, una estructura de piedra que corona la croa del castro y que se ha convertido en emblema de Vilanova de Arousa.