Más de 300 personas se dieron cita ayer en la iglesia y la carballeira de Santa Baia de Ribadumia para homenajear al sacerdote Dositeo Valiñas Fernández, de 98, y que en agosto pasado cumplió 75 de pastoral en Ribadumia. Vecinos y autoridades rindieron un sentido homenaje al cura, ofreciéndole regalos y descubriendo una placa conmemorativa en un lateral del templo parroquial.

Los actos se iniciaron con una misa, oficiada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, y a la que acudieron una docena de sacerdotes de la comarca. Tras el oficio religioso, y sin salir de la iglesia, tuvo lugar la segunda parte del homenaje, en el que representantes de diferentes colectivos del municipio dedicaron unas palabras a Valiñas.

Fue el caso del alcalde, David Castro, quien hizo énfasis en la labor social desarrollada por el sacerdote, cuya figura fue clave en la creación de entidades culturales, sociales y deportivas. La representante de la Agrupación Músico-Cultural, María José Rial, contó a su vez que el religioso no se pierde ni uno solo de sus conciertos a pesar de su avanzada edad, otro ejemplo que habla a las claras de la implicación de Valiñas en el día a día de sus parroquias.

También tomaron la palabras representantes del Plantel Xuvenil, que la semana pasada organizó otra exitosa edición de la romería de Santa Baia, de las comisiones de fiestas de Ribadumia y Leiro, de los grupos de catequesis y Cáritas, y del club de fútbol Ribadumia, en cuya fundación participó activamente Dositeo Valiñas.

Asimismo, le hicieron entrega de diferentes regalos, como un bastón de peregrino con una concha de vieira y la inscripción de Santiago, que le ofreció el alcalde, hasta la pieza de cerámica gallega con un pentagrama pintado que le regaló la Agrupación Músico-Cultural.

Dositeo Valiñas agradeció muy emocionado las muestras de cariño de sus vecinos, y desgranó algunos de sus recuerdos en su dilatada trayectoria como cura de Ribadumia y Leiro. Valiñas se levantó de la silla de ruedas y se mantuvo de pie para el descubrimiento de la placa, mientras la Agrupación Músico-Cultural de Ribadumia interpretaba el himno de Galicia.

Posteriormente, los participantes en el homenaje siguieron a los músicos de la banda rumbo a la Carballeira, donde tuvo lugar una comida popular a la sombra de una tela colocada por los organizadores entre los árboles, lo que permitió disfrutar de la comida en un ambiente agradable y fresco.

Los comensales llevaron de sus casas los alimentos, aunque también había un puesto con pulpo, churrasco y rosquillas para los que quisiesen comprar allí la comida. La velada continuó hasta media tarde con las actuaciones musicales de los grupos Añoranza, As Lembranzas, Amigos do Acordeón Rías Baixas y el grupo de gaitas de Os Carballeiras.