La intensidad del viento y la fuerte marea eran dos de los factores que la organización de la Triple Corona Illas Atlánticas más temía, y las peores previsiones se cumplieron. Antes de decretar la salida desde Sálvora y recorrer los 19 kilómetros que llevarían a los nadadores hacia la playa de O Confín en O Grove, se comprobó que en la bocana de la ría de Arousa, que debían atravesar los participantes, se registraban vientos de más de 25 kilómetros por hora del noroeste.

Ante esta situación, la organización recurrió al plan B, una prueba con salida y llegada en la playa de O Confín, pero con los nadadores recorriendo una zona mucho más abrigada, como es la ensenada de A Toxa, y más corta, de tan solo 12 kilómetros de longitud.

Los favoritos hicieron buenos los pronósticos previos y fueron los que acabaron peleando por el triunfo. Ese fue el caso del exolímpico en Moscú (1980) y Los Ángeles (1984), Juan Carlos "Kimbo" Vallejo, que se acabó imponiendo a sus rivales en la playa de O Confín. El vencedor completó el recorrido con un tiempo 2:53:49. La segunda posición fue para el nadador Alberto Taboada Vila, que llegó a más de dos minutos de Kimbo. La tercera plaza la alcanzaría la primera mujer, una de las favoritas al triunfo en féminas, Andrea de la Hera, que recorrió los 12 kilómetros de distancia en un tiempo de 2:57:49. El podio de la categoría masculina lo completaría Manuel Regueiro Picallo (2:57:57), mientras que la segunda mujer clasificada fue Patricia Agüera Fernández (03:25:47) y la tercera María Fernández Bagües (3:31:17).

En total, se lanzaron al agua 153 nadadores para afrontar la segunda prueba de la Triple Corona Illas Atlánticas, una travesía que conlleva un importante apoyo logístico, sobre todo en cuestiones de seguridad, ya que los nadadores fueron en todo momento escoltados por kayaks y embarcaciones. Además, durante el recorrido se realizaron dos puntos de control, uno en el kilómetro 4 y otro en el ocho, con embarcaciones tradicionales de la ría de Arousa. En ellas les esperaban a los nadadores todo tipo de comidas energéticas y mantas térmicas para aquellos que lo necesitasen. Además, la participación en la prueba conllevaba la obligación de utilizar neopreno para evitar que cualquiera de los participantes pudiese sufrir una hipotermia.

Viento, corriente y oleaje fueron algunos de los elementos adversos a los que tuvieron que enfrentarse los participantes en la travesía, que destacaron el buen nivel d ela organización. También resaltaron la dureza del tramo comprendido en el canal de A Illa de A Toxa y la salida de la playa de O Confín hasta el faro de Lobeira de Cambados. Pese a las dificultades, no se registraron incidentes dignos de reseñar.

El nadador más joven en participar fue Álvaro Ruiz Tabas, de tan solo 18 años, que finalizó en el puesto 65, mientras que el más veterano fue Manuel Antonio Rodríguez Yáñez, de 71 años, que cruzó la línea de llegada en la posición 130.