En O Salnés y Ullán hay varios municipios con una enorme tradición musical. Una afirmación que puede avalarse tanto por el número de bandas que ganan premios en los certámenes autonómicos y hasta europeos a los que acuden, como por el de niños matriculados en las escuelas de música. En torno a dos millares de chavales recibirán algún tipo de formación musical durante el próximo curso en los doce ayuntamientos bañados por la orilla sur de la ría de Arousa. Pero en muchas ocasiones lo harán en instalaciones obsoletas o que se les quedan muy pequeñas.

Uno de los ejemplos más paradigmáticos de esta situación es la escuela de Meaño, municipio que tiene el honor de contar con una banda que ya suma dos triunfos en certámenes internacionales, pero que cuando necesita ensayar en unas condiciones un poco buenas tiene que emigrar al Auditorio del vecino Concello de Ribadumia. La escuela de música meañesa es de gestión directa municipal, pero sufre el mismo problema derivado de instalaciones que la banda.

La escuela de Meaño cuenta con dos dependencias, una en la antigua plaza de abastos y la otra en el bajo del escenario situado en la plaza. Pero esta última es tan reducida que en las clases en las que se juntan todos los alumnos se tocan entre ellos literalmente, y tienen los instrumentos de viento de sus compañeros pegados a los oídos. La incomodidad es tal que cuando hace buen tiempo sacan los instrumentos al exterior, y ensayan sobre el escenario.

Otro problema añadido es que carecen de un lugar en condiciones donde organizar audiciones u otras actividades para mostrar sus progresos a padres y vecinos.

El curso pasado, estudiaron música en Meaño en torno a 180 alumnos. Se da la circunstancia de que el pasado año, Meaño fue el segundo municipio con más alumnos en el Conservatorio Profesional Manuel Quiroga, de Pontevedra, solo superado precisamente por los vecinos de la ciudad del Lérez.

La situación también es mala es Ribadumia, donde es la Agrupación Músico-Cultural la que gestiona la escuela. Como en el caso anterior, la Agrupación es una de las formaciones musicales más laureadas de Galicia. El curso pasado dio clase a más de 210 niños, y para el que empieza ahora ya cuentan con más de 150 inscritos, a pesar de que todavía quedan más de dos semanas de plazo para matricularse.

Niños y profesores de Ribadumia trabajan en unas condiciones muy precarias en el centro social de Barrantes: denuncian que el servicio de limpieza es deficitario, que las instalaciones se les han quedado pequeñas (los viernes tendrán más profesores que aulas), que cuando llueve mucho les entra agua, y que algunas puertas se caen a pedazos.

Tampoco son suficientes las instalaciones de la escuela de Vilanova, aunque su caso es diferente al de Meaño y Ribadumia, pues ellos sí ven una solución en un horizonte próximo.

La escuela de música de Vilanova tiene sus aulas en las antiguas caballerizas del pazo de Vista Real, y aunque la ubicación es inmejorable desde el punto de vista paisajístico o patrimonial, el local es pequeño, y más si se mantiene la tónica de crecimiento de alumnos, que este curso serán unos 130.

Pero en Vilanova son optimistas, dado que está previsto que se trasladen al flamante Auditorio de O Esteiro, una vez se terminen las obras de construcción.

A Illa es otro ejemplo de escuela de música ubicada en un inmueble antiguo, en este caso la antigua Casa de Oficios, que lógicamente no fue construido pensando en las enseñanzas musicales.

Hay, en cualquier caso, otros centros de formación musical en O Salnés y Ullán que sí disfrutan de unas instalaciones adecuadas, como pueden ser los casos de las de Vilagarcía (con unos 400 matriculados de media), Cambados (con más de 200), Sanxenxo o Valga, en donde este curso empezará a funcionar un Conservatorio superior de gestión privada. Será el tercero superior de Galicia, y se suma a los públicos de A Coruña y Vigo.

Más apoyo institucional

El director de la escuela de Ribadumia, Víctor Manuel Fernández, opina que las administraciones públicas deberían mojarse más para que la formación musical de O Salnés esté a la altura de la afición que hay en la comarca y de la calidad de sus bandas. "Falta más apoyo a la cultura. Es sangrante que una banda como la de Meaño, que es de lo mejor que hay a nivel europeo, no tenga un Auditorio para dar un concierto. Si estuviésemos hablando de un equipo de fútbol con el mismo número de niños que tenemos en cualquiera de las escuelas de esta comarca seguro que tendrían sus instalaciones perfectas".

"A veces no se trata solo de dinero, sino de sentir que los políticos están a tu lado y que te apoyan", prosigue Víctor Fernández.

Jesús Nogueira, que es el presidente de la asociación Pro-Escola de Música de Vilanova también pone el símil del fútbol cuando se le pregunta qué podrían hacer las instituciones públicas por la formación musical en la comarca. "Las escuelas de música somos entes sin vinculación entre nosotros. En fútbol, los niños que están en un club juegan partidos contra otros clubes vecinos, pero en la música ese tipo de visitas apenas suceden. Creo que las administraciones podrían actuar como nexo de unión entre las escuelas y ayudarnos a organizar actividades". También cree que hay que aprovechar mejor el tesoro que suponen los auditorios.