Fue una ruptura abrupta, con posturas que parecían irreconciliables, pero la perspectiva del tiempo parece haber limado las asperezas que se registraron entre PSOE, Somos y el BNG de Cambados durante las negociaciones para formar un tripartito en la villa del albariño. Después de casi tres meses sin ningún tipo de contacto, representantes de las tres formaciones se reunieron ayer en un local público de Cambados para retomar las conversaciones y tratar de devolver la gobernabilidad al municipio. Ni Fátima Abal, ni Constantino Cordal, ni Víctor Caamaño quisieron ayer hacer declaraciones al respecto, reconociendo tan solo la existencia de ese encuentro y de que no se quedará ahí, pues prevén un mayor número de reuniones en las que las tres formaciones tratarán de avanzar hacia un tripartito de izquierdas, siempre y cuando, lleguen a un entendimiento.

En el encuentro del pasado martes no se abordó ninguna cuestión organizativa ni los posibles términos de una incorporación de los nacionalistas al tripartito. Fue una simple toma de contacto, una forma de sentar las bases para una negociación que, muy previsiblemente, arrancará en un segundo encuentro que se celebrará el próximo martes. Será ahí cuando se encauce lo que se rompió el pasado mes de junio, cuando el BNG decidió irse a la bancada de la oposición al considerarse ninguneado por los que estaban llamados a convertirse en sus socios de gobierno.

Sin embargo, todo apunta a que la reunión del pasado martes transcurrió en un ambiente de diálogo mucho más distendido que las que acabaron provocando la ruptura en junio. Las tres formaciones son conscientes de la necesidad de ofrecer a Cambados un gobierno estable que pueda sacar adelante diferentes iniciativas por lo que, por el momento, han aparcado sus diferencias para encontrar puntos en común.

El pasado mes de junio, el BNG decidió no sumarse al gobierno de Cambados al estar en franco desacuerdo con el acuerdo alcanzado entre PSOE y Somos Cambados. Esa decisión acabó bloqueando, por ejemplo, las liberaciones del grupo de gobierno, entre ellas, la de la propia alcaldesa, situación que se acabaría solventando posteriormente, pero tan solo en este último caso. Pese a los desencuentros, la alcaldesa siempre mantuvo las puertas abiertas a los dos ediles nacionalistas, e incluso, se mostró favorable a ofrecerles mayor autonomía, poder y financiación en sus concejalías. Ahora queda por ver si la situación se resuelve o se mantiene el gobierno en minoría de PSOE y Somos.