Las atípicas condiciones meteorológicas registradas, tanto en primavera como este verano, un afloramiento primaveral quizás menos intenso que otros ejercicios -con el menor aporte de nutrientes que esto conlleva- y la inesperada llegada de un afloramiento estival -iniciado hace solo unas semanas- provocaron alteraciones en el desove del mejillón que afectaron de manera notable a su desarrollo en las diferentes rías gallegas.

Tanto es así que el sector bateeiro lleva unos meses prácticamente de brazos cruzados, ya que el bajo rendimiento del molusco impide su comercialización al ritmo que sería deseable.

Es ahora, en la recta final del verano, cuando el "oro negro" de las bateas gallegas parece empezar a recuperarse. Hay zonas productoras en las diferentes rías donde empieza a alcanzar un rendimiento cercano al 20% en vianda, siendo éste un nivel más que suficiente para empezar a suministrar producto de calidad.

Muy poco a poco

Aún es pronto, e incluso puede pronosticarse que la campaña no se desarrollará con fuerza hasta el último trimestre del ejercicio, pero no es menos cierto que, tras acumular ya un considerable retraso, ahora sí que empieza a dar sus primeros coletazos, aunque sea muy poco a poco.

Sucede tanto en lo referido al mercado de fresco -el mejillón que se envía a las depuradoras de España, Francia e Italia, sobre todo-, como en lo concerniente al de industria o transformado, es decir, cocederos y conserveras.

"Está siendo horrible"

Los empresarios, unos y otros, están ahora expectantes y empiezan a organizar y programar sus pedidos "después de un verano que está siendo horrible, con un mejillón de escaso tamaño y un rendimiento que impide desarrollar nuestro trabajo con normalidad".

Señalan los depuradores consultados que "hasta ahora los bateeiros estuvieron sacando poco mejillón, y además demasiado pequeño -el preferido en el mercado europeo-, por era casi imposible encontrar un mejillón grande o apropiado para la conserva".

Esas dificultades a las que aluden los empresarios están presentes en la mente de los productores, sabedores de que "no está siendo un año bueno, por lo que tenemos que cruzar los dedos con la esperanza de recuperarnos a partir de octubre" y sacar el máximo partido tanto a la campaña de industria como a las de Italia y Navidad.

De cualquier modo los mejilloneros temen que "el balance final del año será flojo", desde luego por debajo de registros como los del año pasado, con 279.000 toneladas de mejillón vendidas por valor de 129 millones de euros, y los de 2017, cuando 267.000 toneladas de mejillón generaron casi 122 millones de euros.

En los ejercicios precedentes la producción acuícola de Galicia, una potencia mundial en la materia, también había alcanzado registros importantes, con 239.000 toneladas de mejillón en 2016, unas 264.000 en 2015 y 235.000 toneladas en 2014.

Pero viendo lo delgado que estuvo el mejillón hasta ahora, hay depuradores y bateeiros que temen volver a los registros de 2013 o 2008, con 183.000 y 189.000 toneladas, respectivamente.