Tras un paréntesis de diez años, se reactiva la construcción de viviendas colectivas en Vilagarcía de Arousa. En la última sesión del Consello da Xerencia de Urbanismo Municipal se abordó la autorización de dos solicitudes para este tipo de edificaciones, algo que no ocurría desde hace ya una década, como consecuencia de la parálisis en el sector de la construcción debido a la crisis económica y la denominada "burbuja inmobiliaria".

Mediante los acuerdos de la Xerencia de Urbanismo, el Concello de Vilagarcía acaba de autorizar los proyectos para edificar dos bloques de pisos en la avenida Rodrigo de Mendoza. Fuentes municipales indicaron que, a juzgar por los movimientos realizados por promotores locales en los últimos meses, solicitando información sobre otras posibles actuaciones, parece que estas dos nuevas promociones de vivienda colectiva nueva no serían un caso aislado.

Las obras que ya disponen de licencia permitirán continuar la línea de edificación de la avenida Rodrigo de Mendoza, en el frente opuesto al parque de A Coca.

Los nuevos bloques irán justo a continuación del último edificio y seguirán la línea del curso del río en la curva que hace antes que atraviese bajo la carretera.

Los edificios serán de 5 y 6 alturas, como el resto de los construidos en la zona, y contarán con 17 y 24 viviendas. La construcción en estos solares implica la cesión pública de la franja de terreno de protección fluvial paralela al curso del río. Esta cesión permitirá dar continuidad al paseo fluvial creando una senda de entre 5 y 7 metros de ancho a ese lado de la avenida u que en el futuro, con la cesión similar prevista en el desarrollo del último de los solares de la zona (el que cubre la esquina con la calle Ramón Cabanillas) enlazará A Coca con el paseo por Celso Emilio Ferreiro y García de Caamaño hasta la desembocadura del río de O Con.

El inicio de la tramitación de los proyectos informados favorablemente por los servicios técnicos municipales y que obtuvieron licencia esta semana, se remonta al año 2008, justo antes de la entrada en vigor de las nuevas normas de habitabilidad aprobadas por la Xunta de Galicia.

Al tratarse de requisitos más restrictivos que los de la ley entonces en vigor, el Concello de Vilagarcía, como en la mayoría de los de Galicia, registró la entrada en avalancha de solicitudes de licencia para mantener las condiciones más favorables de edificabilidad. Pero la inmensa mayoría de estos proyectos quedaron parados y no llegaron a ejecutarse como consecuencia de la llegada de la crisis económica y el estallido de la burbuja inmobiliaria, que pasó factura al sector de la construcción. Una década después parece que el mercado empieza a calmarse y los promotores locales vuelven a visitar el departamento de Urbanismo para ponerse al corriente y requerir información sobre los proyectos congelados en 2008.