Con la cuenta atrás activada para el inicio de la vendimia, la producción parece estar, en líneas generales, en muy buenas condiciones. Las lluvias de días pasados y el regreso de las altas temperaturas contribuyeron al desarrollo fenológico de la uva, cuya graduación alcohólica también se ha visto incrementada de manera notable.

Lo mejor de todo es que las plagas que pudieran ser más preocupantes para el sector vitivinicultor parecen controladas. Ni siquiera la botritis ha causado daños de consideración, si bien es cierto que ha hecho acto de presencia.

Así lo confirman también los técnicos de la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA) en un boletín informativo emitido ayer que puede ser de los últimos antes del inicio de la recolección, que comenzará a finales de este mes o principios del que viene, dependiendo de la zona productora de que se trate, el tipo u orientación de la parcela o la variedad de uva cultivada, entre otros factores.

En dicho centro de seguimiento, dependiente de la Diputación de Pontevedra, confirman que con las condiciones meteorológicas registradas y lo avanzado del estado fenológico fueron localizados síntomas de botritis generados, sobre todo, a partir de heridas o daños anteriores en el racimo causados por insectos. Pero, en términos generales, parece que los daños no son preocupantes.

En cualquier caso, allí donde se registren racimos afectados, todavía queda la posibilidad de aplicar un nuevo tratamiento fitopatológico. Y tanto si es posible como si no, ya que es preciso respetar los plazos de seguridad antes de la vendimia, siempre queda la opción de adoptar medidas culturales, como la eliminación de los racimos afectados y favorecer la aireación de la vendimia.

En relación con los insectos que pueden afectar al cultivo, los técnicos de la EFA señalan que las capturas de polilla del racimo ( Lobesia botrana) en las trampas instaladas en las parcelas de seguimiento fueron "muy reducidas o inexistentes".

Escasas perforaciones

Y tampoco se observa un número significativo de perforaciones en los granos, aunque se mantiene el riesgo porque las condiciones actuales, con temperaturas suaves y humedad alta, favorecen el desarrollo de esta plaga.

Respecto a la enfermedad más conocida, el mildiu, parece que siguen apareciendo síntomas en las hojas, y con la situación meteorológica que se avecina podrá ir en aumento.

Sin embargo, "no se espera ya que tenga una incidencia destacable en la buena maduración de la uva, sobre todo teniendo en cuenta que este año el desarrollo de la vegetación es suficientemente elevado como para garantizarla".

Una vez más hay que destacar que la creciente profesionalización del sector, el seguimiento que realizan técnicos como los de la EFA, el papel que desempeñan los pertenecientes a la diferentes bodegas y la variedad y calidad de los productos aplicados para combatir las plagas permiten al sector vitivinicultor un mejor control y protección de sus plantaciones.