En la desarticulación de esta red también jugó un papel importante la Polícia Judiciária portuguesa, una muestra de las buenas relaciones que existen entre las fuerzas de seguridad a ambos lados de la frontera. Los agentes portugueses estaban alertados por sus homólogos españoles de un envío que la red remitía al país luso y consiguieron interceptarla en la localidad de Mealhada, localidad próxima a Coímbra. En el remolque con el mecanismo hidráulico sofisticado, se incautaron de 175 kilogramos de cocaína, lo que conllevó la detención de la persona que conducía el vehículo, un ciudadano español de 40 años. La droga que transportaba en el vehículo alcanzaría en el mercado negro unos cinco millones de euros. De todas formas, estas cifras podrían incluso llegar a triplicarse debido al elevado grado de pureza que tenía la cocaína aprehendida. El conductor del vehículo se encuentra en prisión preventiva en el país vecino acusado de un delito de tráfico de estupefacientes.