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Una tarde en la playa, a 27 grados, antes de una noche de "movida" y botellón para esperar una buena mojadura

El plan estaba claro para los miles de jóvenes que ayer recalaron en Vilagarcía, tanto en vehículos particulares como en autobús o tren, con la intención de sacar el máximo partido a la Festa da Auga y su jornada previa. La tarde se prestaba al baño, con 27 grados centígrados en la estación meteorológica de A Lanzada y 28 en las de Pé Redondo (Meis) y Tremoedo (Vilanova).

Esto hizo que se llenaran todos los arenales de la comarca a lo largo del día; entre ellos los de Vilagarcía, que permanecieran casi igual por la noche, ya que estaba todo preparado para el botellón.

De ahí que muchos de los visitantes llegaran provistos de todo lo necesario a la estación de ferrocarril, dispuestos a divertirse hasta que hoy a mediodía las mangueras garanticen la habitual mojadura de San Roque. También se divirtieron los que optaron por los bares, taperías y restaurantes de A Baldosa, O Castro, A Mariña u otras calles y plazas del centro, al igual que quienes desde bien temprano acudieron a los locales de copas vilagarcianos. Todo esto, y la presencia de las peñas con sus características camisetas, convierten a la ciudad en la capital festiva de Galicia.

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