La acacia se ha convertido en una complicación forestal en Galicia y muy concretamente en Pontevedra. De ello han informado en los últimos días en Vilagarcía técnicos de la Federación Galega de Medio Ambiente dentro de una campaña apoyada por la Diputación de Pontevedra.

La propagación de esta planta ha generado un desequilibrio medioambiental en muchas zonas debido a su carácter invasor. De aspecto agradable a la vista, detrás de la apariencia se encuentra un peligro ya detectado por los biólogos tanto para la silvicultura gallega como para las comunidades de montes.

Diego Barral, técnico de Fegama, aclara respecto a esta cuestión que "la acacia llegó a Europa como una planta ornamental porque florece muy bien. También hace una muy buena función para la fijación de terrenos, porque lo endurece y por eso se utiliza en muchas estructuras viarias. Su problema es como se expande porque es invasora porque ocupa la superficie de las especies autóctonas y se impone a ellas".

Con el ánimo de incitar a la prevención, esta campaña divulgativa hace hincapié en la necesidad de implantar métodos de control, "ya hay muchas personas que son conscientes del problema. Lo básico es conocer la especie y saber que es invasora. Además está atacando a zonas de especial interés natural. Nosotros informamos de métodos de control, pero está claro que lo mejor es la prevención".

Estas plantas cuentan con 32 especies potencialmente invasoras y en Galicia se han localizado seis de ellas con la mimosa (acacia dealbata) y la acacia negra como las de mayor impacto negativo para el territorio. Fegama está realizando exposiciones itinerantes para propagar la necesidad de conocer que detrás de la buena apariencia ornamental de la conocida como mimosa existen una serie de derivadas contra producentes en varios apartados.

El clima atlántico de Galicia también propicia la propagación de esta especie que además suelta muchas semillas que potencian el efecto invasor de la misma. Incluso también se convierte en un elemento negativo en cuestión de incendios por su facilidad para que se extienda puesto que producen una hojarasca altamente inflamable. Además condiciona la lucha contra el fuego porque dificulta sobremanera la extinción.

Entre las varias cuestiones para las que se emplea la acacia está la viticultura, ya que favorece la fijación de nitrógeno en el suelo, por lo que es una planta muy común a la vista en toda la provincia.