La terraza de un bar totalmente destrozada y una huida de la Policía Local, cuanto menos, rocambolesca. Es la historia que protagonizó en la noche del viernes un vecino de Vilanova de 53 años que responde a las iniciales J.L.I.G.

Lo ocurrido se quedó en mera anécdota, pero pudo ser grave, ya que esa noche actuaba la orquesta Panorama, dentro de la programación de la Festa do Mexillón e do Berberecho, y el casco urbano de Vilanova estaba poblado de gente.

Todo se inició con una discusión en el interior de un bar. El hombre se mostró muy violento con el propietario de un establecimiento hostelero ubicado en la zona de San Amaro, por lo que acabó siendo conminado a irse. Se fue, lo que no contaba el propietario es que iba a regresar, pero montado en su coche y llevándose por delante todas las sillas de la terraza en las que en ese momento, afortunadamente, no había nadie. El vehículo no llegó a estamparse contra el establecimiento, pero se quedó a escasos centímetros de la puerta de entrada, ante el estupor de todos los que se encontraban en él en ese momento. El vilanovés dio entonces marcha atrás y se fue, mientras el propietario alertaba al 112 de lo que ocurría.

Desde el servicio de emergencias se puso en conocimiento de la Policía Local los hechos, iniciando los agentes la búsqueda del individuo. En su poder estaba la matrícula del vehículo y el nombre del individuo, sobradamente conocido en Vilanova por altercados similares.

La búsqueda dio sus frutos pocos minutos después en las inmediaciones del puerto de O Cabo. Allí le conminaron a someterse a la prueba del alcoholímetro, aunque los síntomas de embriaguez parecían evidentes. Cuando uno de los agentes, con el etilómetro en mano, le había informado de su obligación a someterse y de que la negativa es constitutiva de delito, el hombre salió huyendo a la carrera. Lejos de tratar de perderse entre la gente que a esas horas ya se encontraba en Vilanova para disfrutar del concierto de Panorama, el hombre optó por la salida más absurda, la de tirarse al mar ante una gran cantidad de testigos que no daban crédito a lo que estaban observando.

A partir de ese momento, se vivió una de las situaciones más absurdas que se recuerdan en Vilanova, el hombre alejándose por el agua mientras amenazaba e insultaba a los agentes, que le tenían perfectamente identificado. Durante un buen puñado de minutos, el individuo permaneció nadando en el interior de la dársena, observando que en uno de los barcos se estaba trabajando en los adornos de la procesión del Carme. En ese momento, comenzó a simular que se ahogaba, sumergiendo la cabeza mientras se tapaba la nariz, siendo rescatado por el barco, que lo llevó al otro extremo de la dársena en la que se encontraban los agentes.

Lejos de deponer su actitud, trató de esconderse entre los barcos de batea allí amarrados y los agentes de la Policía Local, ante el temor de que pudiese tirarse al agua de nuevo y estando perfectamente identificado e identificado de la responsabilidad penal de sus hechos, optaron por retirar el vehículo al depósito municipal e instruir las diligencias oportunas.

El individuo se enfrenta ahora a un delito contra la seguridad vial, con pena de hasta un año de prisión y la retirada del carné de conducir hasta cuatro años. A ello se suma que se va a ser propuesto para una sanción de 600 euros por insultos y amenazas a los agentes, además de estar acusado de un delito leve por los daños ocasionados en la terraza del establecimiento y las amenazas a su propietario.

No es la primera vez que el hombre protagoniza un incidente de estas características. De hecho, en Vilanova recordaban ayer que, hace años, tras ser expulsado de una discoteca que existía en Caleiro, decidió regresar también con el coche, empotrándolo contra un lateral del inmueble y acabando con parte del vehículo en la pista de baile.