O Salnés vuelve a cosechar una cifra récord -negativa- con respecto a la natalidad. Desde 2014 el número de bebés fue disminuyendo de forma paulatina cada año, alcanzando en 2018 la peor cifra desde que existen registros, es decir, desde 1975, hace más de cuatro décadas. Así, el año pasado nacieron en la comarca 728 pequeños, lo que se traduce en 44 menos que en el ejercicio anterior (-6%). Si comparamos el dato con el de solo tres años antes el resultado es demoledor: un centenar de recién nacidos menos.
Pero la caída de la natalidad no se experimenta en todos los municipios de la comarca. Ha sido el fuerte desplome de Vilagarcía, y en menor medida también de Vilanova y Sanxenxo, el que no permite inclinar la balanza hacia el lado positivo.
Según los datos que acaba de publicar el Instituto Galego de Estadística (IGE), las cambadesas dieron a luz el año pasado a 108 bebés frente a los 93 de 2017. También los en los concellos de O Grove (donde aumentaron los alumbramientos de 62 a 65), Meaño (de 29 a 36), Meis (de 33 a 41) y Ribadumia (de 33 a 40) creció la natalidad. En A Illa continúa estable (37 nacimientos, igual que el año anterior) y en Vilagarcía, Sanxenxo y Vilanova nacieron menos niños.
El caso de Vilagarcía es el más alarmante. A lo largo de 2018 solo se registraron 227 nacimientos, cien menos en un periodo de tres años (-30%): 324 se contabilizaron en 2015, 264 en 2016 y 281 en 2017. Para encontrar una cifra similar a la de 2018 hay que remontarse dos décadas atrás, cuando nacieron en la capital arousana 243 criaturas (en 1998). No obstante todavía son 15 más que ahora.
Al igual que ocurre en el cómputo global de O Salnés, en Vilagarcía nunca antes habían nacido tan pocos bebés. Los datos que ofrece el IGE arrancan en 1975, cuando la tasa de natalidad duplicaba a la actual, alcanzando máximos en 1979 con 588 nacimientos.
Más defunciones: 1.112
Además del declive de la natalidad, las cifras de fallecimientos tampoco ofrecen expectativas positivas para el crecimiento demográfico de esta comarca bañada por la ría de Arousa. Y es que cada vez nacen menos bebés y mueren más vecinos, por tanto la brecha entre ambos factores se agranda, o lo que es lo mismo, el saldo vegetativo, ya en cifras negativas desde hace años, se agrava.
En O Salnés, el año pasado fallecieron 1.112 personas, la cifra más alta desde que hay registros (a partir del año 1975). La tendencia es similar a la explicada sobre los nacimientos. También Vilagarcía lidera el ranking, con un incremento de 70 muertes en solo un ejercicio, pasando de 322 en 2017 a 392 en 2018.
En otros concellos de la redonda también aumentaron las defunciones, pero en menor medida, como por ejemplo en Cambados (de 127 a 142), A Illa de Arousa (de 47 a 52) o Meis (de 56 a 58). Los demás municipios salinienses mejoraron con respecto a 2017. Son O Grove (de 102 a 97 fallecidos), Meaño (de 68 a 58), Ribadumia (de 66 a 55), Sanxenxo (de 174 a 157) y Vilanova (de 126 a 101). No obstante este descenso del número de muertes no consigue compensar los incrementos de Vilagarcía, Cambados, A Illa y Meis, de ahí que en el conjunto de la comarca las defunciones hayan aumentado de 1.088 en 2017 a 1.112 en 2018.
Con respecto al saldo vegetativo, es decir, a la diferencia entre personas nacidas y fallecidas, en O Salnés se sitúa en -384, lo que significa que murieron 384 personas más de las que nacieron.
Los nueve ayuntamientos sin excepción también registran un saldo negativo. Unos más importante que otros pero en todos hubo más defunciones que recién nacidos. Encabeza la lista Vilagarcía, con -165, le siguen Sanxenxo y Vilanova, ambos con -42, Cambados, con -40, O Grove con -32, Meaño con -22, Meis con -17 y A Illa y Ribadumia con -15.
