La campaña de Gardacostas contra la pesca y furtivismo ilegal sigue encontrándose calamientos en las costas de O Salnés. A Illa de Arousa se mantiene como uno de los objetivos de los furtivos y, este fin de semana, se han identificado 535 nasas ilegales en el litoral sur.

En total, se han encontrado 98 nasas para pulpo y más de 400 para nécora y camarón. Estas últimas, además, fueron requisadas en fin de semana, por lo que los "pescadores" no estaban respetando el descanso semanal obligatorio que la ley de Pesca de Galicia exige. Todo el lote de nasas fue detectado sin balización, sin identificación y en zonas de calado prohibido, infringiendo, de esta forma, la ley en numerosos preceptos.

El botín que los furtivos habían obtenido era de 151 kilos de pulpo, 29 kilos de nécora y dos kilos de camarón. Lo que en total supondría un botín superior a los 3.000 euros. Las especies, una vez requisadas, fueron devueltas al mar en las mismas zonas en las que fueron pescadas, mientras que las nasas se trasladaron a las dependencias del servicio de Gardacostas.

Este problema de furtivismo es una situación que se está agravando en Galicia y en las playas de O Salnés en los últimos años. Desde Gardacostas se insiste en que es un problema que no solo afecta a la economía de las mariscadoras o al ecosistema de las especies, sino que además puede suponer un problema de reputación del marisco gallego. La materia prima de la zona goza de una gran aceptación en el mercado nacional e internacional y un escándalo de intoxicación, bastante posible en casos de ingerir marisco que no ha pasado ningún tipo de control sanitario, podría suponer el fin de este reclamo.

Las cifras no son positivas. Según la Consellería do Mar se han requisado, desde el año 2013, cerca de una tonelada anual de marisco ilegal de media. Productos que, de no ser identificados, serían vendidos y comidos sin recibir el tratamiento y detección de posibles toxinas que marca la ley y que sí que se realiza en caso de que la pesca sea legítima.

Las inspecciones son cada vez más frecuentes en las playas y, también desde 2013, se está llevando un control del furtivismo mucho más exigente. En los últimos seis años se han realizado entre 500 y 1.000 inspecciones en las playas gallegas, a partir de las cuales se abren muchos expedientes. Las propias mariscadoras también se están involucrando en la causa, realizando sus propias inspecciones y denunciando a aquellos que detectan.