O Grove recibe el agua potable a través de una vieja tubería procedente del interior de la comarca, carcomida por la salitre tras décadas de uso. Hace años que el Ayuntamiento y la Mancomunidade do Salnés reclaman a la Xunta de Galicia la construcción de un nuevo colector, pero la obra cuesta al menos 1,2 millones de euros, y la administración autonómica se hace de rogar. Así las cosas, la vieja tubería ha dado un nuevo susto a los miles de personas que estos días conviven en O Grove. Vecinos, hosteleros, industriales y turistas podrían tener problemas en el suministro durante el día de hoy después de que a mediodía de ayer se detectase una avería en la red general, a la altura de A Revolta (Noalla, Sanxenxo).

El alcalde de O Grove, José Cacabelos, explica que la tubería se encuentra en una zona muy profunda, por lo que la empresa responsable del abastecimiento de agua en O Salnés tiene que esperar a que la marea esté baja para actuar. Eso sucederá a partir de las 7.00 horas de hoy, de ahí que ayer no se actuase en la zona.

Entre tanto, la Mancomunidade ha seguido bombeando agua a O Grove. Esa situación es un alivio para todos los que residen o veranean en el casco urbano, dado que no se prevén problemas de presión, pero Cacabelos advierte de que sí que podría haberlos en la zona de San Vicente. En esa parroquia, llena de hoteles, campings y urbanizaciones, la presión del suministro ya es menor en circunstancias normales, cuanto más con una avería de por medio.

Por ello, Cacabelos dio orden ayer mismo de cortar el agua en los baños de las playas, incluida la de A Lanzada, que fue visitada por miles de personas, para de ese modo facilitar que el depósito de reserva de San Vicente se llene lo máximo posible.

La previsión de la empresa es solucionar el desperfecto en el transcurso de las seis horas que durará la bajamar, pero el propio alcalde de O Grove avisa de que los técnicos no saben lo que encontrarán cuando abran la zanja y lleguen a la tubería. Por eso, aunque confía en que todo quede en un susto, no descarta completamente que las restricciones en el abastecimiento se alarguen durante más tiempo.

El regidor grovense ha cargado con dureza contra la Xunta de Galicia, a la que acusa de hacer oídos sordos de una reclamación tan importante como es la construcción de una red de agua moderna. Recuerda que la actual está en muy mal estado, y que O Grove es una población que depende en gran medida del turismo, y en la que durante estos días pueden llegar a vivir unas 20.000 personas.

"Es el enésimo problema de abastecimiento de agua que tenemos en O Grove, pero a Augas de Galicia lo único que le preocupa es que recepcionemos una depuradora que está en mal estado", declaró el alcalde. Cacabelos ha querido dejar claro que, "esto no es un problema puntual, sino estructural", y culpó a la Xunta de inacción ante una demanda tan acuciante. "Esta es la Xunta de Galicia del siglo XXI", remachó.

Respuesta de la Xunta

Desde el gobierno autonómico se remitió rápidamente una respuesta a las declaraciones de Cacabelos, en las que añaden leña al fuego. Desde Augas de Galicia indican que antes de reclamar nuevas infraestructuras e inversiones, el alcalde "tiene que asumir la gestión de la depuradora".

Es más, en Santiago consideran que es el Concello el que tiene que impulsar las obras de reparación de la red, pues para eso "recauda entre los vecinos tasas por la gestión del agua".

La Xunta argumenta que invirtió siete millones de euros en una depuradora de aguas residuales cuya gestión posterior le correspondía al Concello. No obstante, la administración local "incumple su deber y el compromiso expreso del alcalde", según la Xunta. Afirman que tanto el abastecimiento como la depuración son competencias municipales, y que los concellos no pueden descuidar el mantenimiento de las infraestructuras. Sobre el proyecto de nueva tubería solicitado por la Mancomunidade, Augas concluye que ya contestaron en su día que lo estudiarían.