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Cerco al "furtivismo de bañador"

Los Gardacostas requisan una tonelada de marisco a los bañistas cada año en Galicia

Los vigilantes de la Xunta realizan más de medio millar de inspecciones en las playas cada verano -A Illa acoge el estreno de una campaña para concienciar a vecinos y turistas del daño que provoca la extracción ilegal

Juan José Millán, a la izquierda de la imagen, y a su lado la conselleira, Rosa Quintana, en la visita al puesto informativo de O Bao. // N.Parga

Cuando un bañista es sorprendido hurgando en la arena y metiendo unas almejas o berberechos en un bolsillo, lo primero que suele decir es que porque él coja media docena de piezas no se va a acabar el mundo. Sin embargo, ese poco marisco multiplicado por muchos miles de turistas provoca que a final de año las cantidades de bivalvos extraídos ilegalmente de las concesiones se disparen. De hecho, la Consellería do Mar calcula que desde 2013, los Gardacostas han requisado de media en torno a una tonelada anual de diferentes especies a personas que estaban bañándose y que aprovecharon esa circunstancia para coger marisco.

La Xunta de Galicia y las cofradías llevan tiempo intentando poner freno al "furtivismo de bañador". La de A Illa es una de las más combativas en este asunto, dado el gran número de playas paradisíacas que tienen en su litoral, y que en verano se llenan de gente, en algunos casos con pocos escrúpulos o que aún desconocen que los bivalvos que hay en los arenales han sido previamente sembrados y cuidados por agrupaciones profesionales de mariscadoras.

Precisamente, A Illa ha sido la primera parada de "Non sexas pirata! Á praia vense a gozar, non saquear", una campaña de la Xunta para concienciar a los bañistas de que no hay que coger marisco en las playas, tanto para no causar un perjuicio económico a las mariscadoras, como para no poner en peligro la propia salud al consumir productos que puedan tener toxina en sus órganos internos.

La conselleira do Mar, Rosa Quintana, se desplazó a media tarde de ayer a la playa de O Bao, en A Illa, para visitar la carpa informativa en el primer día de la campaña. Estuvo acompañada por el patrón mayor isleño, Juan José Millán, las directivas de las mariscadoras, y el alcalde, Carlos Iglesias. Rosa Quintana explica que todavía hay mucha gente de fuera de Galicia que desconoce que el marisqueo es un oficio profesionalizado, y que para obtener algunos de los bivalvos más conocidos, como las almejas o los berberechos, las mariscadoras tienen que trabajar duro durante todo el año sembrando antes la cría y posteriormente limpiando y vigilando las playas.

Rosa Quintana incide mucho en que la extracción ilegal de marisco, incluso la ocasional, causa un daño "social y económico", puesto que resta recurso a las agrupaciones, que dedican dinero tanto de los propios mariscadores como de fondos públicos para comprar y cuidar la semilla.

Asimismo, recuerda que Galicia es pionera en el control de la calidad de las aguas y la detección de toxinas en los bivalvos, pero que toda esa imagen de calidad podría verse perjudicada por la negligencia de una persona que consumiese marisco de una zona vedada y sufriese una intoxicación.

Mariscadoras infiltradas

El "furtivismo de bañador" no es una mera anécdota. Juan José Millán explica que desde principios de este mes, las mariscadoras se infiltran los fines de semana entre los bañistas, como si ellas mismas estuviesen tomando el sol, para de ese modo detectar con mayor facilidad a los infractores. Según el patrón mayor, "todos los fines de semanas abrimos actas".

Los datos de los Gardacostas demuestran igualmente que la extracción ilegal de marisco por parte de los bañistas no es una mera anécdota. Desde 2013, se realizan entre 500 y 1.000 inspecciones en las playas gallegas a bañistas. En muchas de ellas se abren actas por la extracción ilegal de marisco, y según datos oficiales de Mar, se requisa cada año a los turistas una tonelada de almeja y berberecho. La sanción es de 151 euros por un primer expediente.

Además, Juan José Millán revela que los "furtivos de bañador" no son únicamente turistas de fuera de Galicia que desconocen la profesionalización del sector gallego. Es más, afirma que "hay gente que sabe perfectamente lo que está haciendo". De hecho, adujo que hay gente que "por las mañanas pasea por cerca de las playas y manda a los niños a coger el marisco que dejaron las mujeres porque no daba la talla".

La Consellería do Mar puso esta campaña en marcha el verano pasado a modo de experiencia piloto, y tras su buen funcionamiento decidió ampliarla en este 2019, de modo que llegará a 14 playas gallegas más. La actividad termina el 31 de agosto.

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