Los niños del campamento urbano bañan de color y de ilusión la plaza de abastos de Vilagarcía. Se trata de una iniciativa impulsada por la Concellería de Xuventude de la ciudad que tiene como objetivos principales dar a conocer cómo funciona el mercado público y a elaborar platos con los productos locales y de temporada.
Los 28 participantes, de entre 6 y 7 años de edad, acompañados por dos monitoras, se apoyaron en una moneda virtual para hacer la compra en el mercado y conocieron las distintas variedades (sobre todo de frutas y hortalizas), que existen de producto local.
La organización destaca "la importancia de llevar una alimentación saludable y variada, especialmente a base de productos frescos y de temporada que, además de sanos, permiten muchas variedades a la hora de cocinarlos". Además se le otorga una gran importancia al lugar, la plaza de abastos, "para enseñar a los chicos el funcionamiento del mercado y que se vayan familiarizando y educando como clientes futuros".
El chef vilagarciano Rubén García Castelo, cocinero de la Consellería de Educación, puso la guinda sobre el pastel al elaborar un menú en una sesión de "showcooking", esto es, una demostración de cocina, para los participantes en el campamento: "Utilizamos principalmente frutas, ya que son piezas atractivas y fácilmente manejables por los niños", confirman las monitoras. Siguiendo los pasos del chef, se elaboró un menú compuesto por torta tibia de frutas y vainilla, ensalada en canelón, yogur y piñones y granizado de cereza y sandía.
Una de las monitoras atendiendo a una niña. // Iñaki Abella
Los placeiros, encantados
Si hay un colectivo contento con este tipo de iniciativas que promocionen la plaza de abastos, ese es, sin duda, el de los placeiros. Los comerciantes son conscientes de que el principal atractivo de su puesto de trabajo es el pescado y días como los lunes, en los que aquellos puestos relacionados con el mar están cerrados, notan mucha menos gente. "El pescado y el marisco son los que atraen a la gente, ya sea de aquí o de fuera, y alternativas como esta hacen que la plaza tenga vida también los lunes, ya que sin los niños hoy apenas habría venido gente", dice José Manuel Moure, propietario de una carnicería con la que comparte nombre. Las "legumbreiras" también se muestran felices con estas iniciativas, ya que este año notan menos movimiento en la plaza.